Estaba yo atravesando el puente de calle Colòn y siento una voz delicada que me dice:
-Ayudame! Ayudame!
Miré para todos lados y lo único que había era un sapo. Seguì caminando y escuché:
-Ayudame! Ayudame! No soy un sapo!
Sorprendido lo miré y lo alcé. Me dijo entonces que era vìctima de un encantamiento. Que era una hermosa muchache de 15 años y que por favor la ayudarà.

Luego de reponerme del susto, le pregunté si debía besarla y me dijo que no. Que debía hacer el amor con él. Pensé que para ayudar a una muchacha en dificultad podía hacer ese sacrificio.

Comencé con la relación sexual con el sapo y….Zassss!!! se convirtió en una hermosísima muchacha quinceañera de cabellos rubios y ojos azules.

-Y en ese momento, señor Juez, aparecieron los policías que pensaron que estaba violando una menor de edad y me trajeron acà.