Malos vendedores...

[pablo ramos]

Entiendo que no entiendas, ni la última ni la primera frase. Lo entiendo porque el palabrerío sirve, creo que serías incapaz de un "si" o un "nó" si cualquiera te expone razones, tipo mina le encontrarías seguro algún defecto y sobre él edificarías. Es un sistema, así que entiendo tu no entendimiento.
¡Y luego te quejás de que no te entienden a vos!... y "hacés nuevos esfuerzos para que te entiendan", aunque tres frases más abajo o mas arriba afirmes que no te importa si te entienden o nó. Es bueno eso de estar de acuerdo consigo mismo.
Mirá, hacé una cosa: terminá de guardar la pelopincho que dejaste en la terraza, tomate el último traguito de la lata de cerveza que ya debe estar caliente, echale una caricia a la perrita, y concurrí a misa. Preferentemente en latín.
Chau

[Zampabol]

Entiendo que no entiendas, ni la última ni la primera frase. Lo entiendo porque el palabrerío sirve, creo que serías incapaz de un "si" o un "nó" si cualquiera te expone razones, tipo mina le encontrarías seguro algún defecto y sobre él edificarías. Es un sistema, así que entiendo tu no entendimiento.
¡Y luego te quejás de que no te entienden a vos!... y "hacés nuevos esfuerzos para que te entiendan", aunque tres frases más abajo o mas arriba afirmes que no te importa si te entienden o nó. Es bueno eso de estar de acuerdo consigo mismo.
Mirá, hacé una cosa: terminá de guardar la pelopincho que dejaste en la terraza, tomate el último traguito de la lata de cerveza que ya debe estar caliente, echale una caricia a la perrita, y concurrí a misa. Preferentemente en latín.
Chau

Yo no voy a ningún sitio sin mi cajita de pastillas. La roja en la mañana, dos cápsulas en la tarde, y por la noche...o la azul o la manzanilla...

[Zampabol]

La actitud del mal vendedor:

El mal vendedor (el ateo) se siente mal porque no vende, ve cómo la competencia prospera, abre nuevos mercados y encima sus clientes están agradecidos.

No para de preguntarse: ¿Por qué yo no vendo si mi producto es la verdad y la competencia sólo vende humo, promesas y mentiras? ¿Por qué mis pocos clientes nunca me agradecen nada y encima parece que siempre andan de mal humor? ¿Por qué la competencia consigue millones de clientes satisfechos y nosotros apenas un puñado mal avenido?
La desesperación del mal vendedor le lleva a ver culpables por todas partes, y por supuesto, no repara en él mismo y su incapacidad para vender un producto de demostrada mala calidad. ¿A qué conclusiones llega nuestro pésimo vendedor de ateísmo? Estudiémoslas:

1ª Qué estúpidos son los clientes de los vendedores creyentes que se creen sus mentiras y no ven mi clara y meridiana verdad.

2ª Qué violentos y malvados son los vendedores de la competencia que me quitan los clientes a base de malas artes.

3ª Los clientes de la competencia, los creyentes, están abducidos por brujerías y hechizos.

4ª Los vendedores de la competencia son unos hipócritas porque no hacen lo que predican en su producto.

5ª El Vaticano (¡El Vaticano, siempre, siempre ha de ser mencionado!) es el mayor negocio del mundo, y en los museos vaticanos hay una fortuna que no venden y no se sabe por qué.

Y así sucesivamente inventando razones para alejar el verdadero problema de su mente: ¡Su producto es desastroso y su manera de vender pésima!
Todo el mundo pensará: ¿Y no es mejor que se plantee otra forma de vender o cambiar de producto?....¡¡¡NO!!! Sencillamente no puede, su orgullo y su obstinación es mayor que su inteligencia. Por eso anda todo el día con esa “mala leche existencial injustificada”, porque sabe que no vende, que no venderá y que no cambiará de estrategia pase lo que pase, su cerrazón mental está por encima de cualquier planteamiento. Por más negativas y evidencias que reciba va a seguir pensando que ese sector del mercado está virgen y por explotar, que él lo ha descubierto y por tanto le pertenece aunque ya lo hayan intentados miles como él sin resultado alguno.

Mientras haya un lugar en el que haya un creyente, él estará allí, pertinaz, incombustible inasequible al desaliento e incluso me atrevería a decir que disciplinado y constante obteniendo sinsabores de sus potenciales clientes.

¿Cuándo desaparecerá el vendedor malo? Sencillamente cuando se dé cuenta de que, en esto como en todo, el mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda, y que por desgracia para él, su producto ni lo ha demandado nadie, ni lo demanda, ni lo demandará. Sencillamente la humanidad necesita creer, quiere creer, busca creer, prefiere creer en algo, por remoto que sea, que tener la certeza del vacío más absoluto que el mal vendedor cree como el mejor de los productos.

Pero ¿No tienen solución los malos vendedores? ¿No hay posibilidad de que alguien o algo les haga caer en la cuenta de su error?

San Pablo fue uno de los peores vendedores del mundo, no sólo vendía mal sus productos, si no que tenía el encargo de eliminar (esta vez “eliminar” significa eliminar físicamente) y borrar de la faz de la tierra a la competencia que en esos momentos históricos irrumpía con fuerza en el mercado emergente de la Roma clásica. ¿Cómo cambia y por qué lo hace San Pablo? ¿Cómo se convierte en uno de los mejores vendedores de la historia? ¿Qué pasó? …

Sencillamente porque era inteligente y vio que algo tenía la competencia que él no tenía, algo buscaban aquellos clientes que él no podía satisfacer; simplemente, con esa visión de la realidad, que un mal vendedor no tendrá nunca, cambió su “target” y en un “pis pas” se convirtió en uno de los personajes más importantes e influyentes del mercado religioso…

Un saludo