Hola queridos compañeros de foro, nuevamente por aquí, ahora les voy a compartir una breve historia ficticia de amor que me fué publicada en una revista cultural de la ciudad de Morelia, espero que les guste
UTOPÍA
A ti querida amiga, que me viste llorar y comprendiste mi dolor, quiero decirte, aunque parezca fuera de lugar, que, lo sabes, mi fiel compañera de vida se fue al creador y me quedé sin su compañía y sin amor.
Pero no sabías que dentro, muy dentro, guardaba como un dulce secreto la atracción hacia ti, secreto, porque no hay futuro para ese sentimiento, en un principio, tenías dueño y yo no era dueño de mi vida, los dos debíamos fidelidad a nuestras parejas. Pero el destino intervino de formas diferentes en tu vida y en la mía, en tu caso, él buscó otro rumbo y quedaste triste, pero tu naturaleza guerrera se negó a dejarse caer y con esfuerzo admirable luchaste para seguir adelante con tus hijos y hoy la vida te premia, al verlos convertidos en adultos felices, gracias a ti.
Yo, he vivido una vida feliz con mi pareja, pero la felicidad es efímera y quiso el destino, volverla al creador y heme aquí, solo y triste. Y a raíz de esta desgracia te vuelvo a ver, después de muchos años, radiante, hermosa como siempre, adornada, además por mi admiración hacia una mujer fuerte, que ha vencido a la adversidad, segura de sí misma, triunfadora, digna de la mejor de las suertes, ¡que alegría volver a verte!, pero…. Tenía que haber un pero, te acompaña un hombre joven de quien declaras, estás enamorada, ha logrado conquistar tu corazón herido.
Al dolor profundo de la pérdida de mi mujer, uno, inconscientemente, un nuevo sentimiento; triste, decepción, y una sensación de pérdida de algo que nunca fue mío, pero que alguna vez desee, como cuando niño quise algo que nunca pude comprar.
Otra vez, estás fuera de mi alcance y ahora si soy libre de amarte, pero tengo la esperanza de que también él te falle y entonces, yo que estoy esperando mi oportunidad, estaré a tu lado para curar tu corazón destrozado, sólo espero que no me niegues la oportunidad. Y entonces volcaré en ti toda mi ternura.
Ya pasaron mis mejores años, pero te amaré serenamente, con la convicción de que serás mi inspiración para luchar por una vida mejor, que disfrutes, por fin, y juntos avanzaremos en la vejez que está a las puertas de nuestras vidas.