EN EL FONDO DEL INFIERNO

A la memoria de A. Blok y N. Gumilev

Cada día más salvaje, más sorda,
se entorpece, lívida, la noche.
Un viento fétido apaga, como velas, las vidas.
Ni llamar, ni gritar, ni ayudar.
Oscura es la suerte del poeta ruso:
un destino impenetrable lleva a Pushkin
frente a la boca de una pistola;
a Dostoievsky, al cadalso.
Quizá yo correré la misma suerte,
mi amarga Rusia filicida,
y pereceré en el fondo de tus sótanos,
o me deslizaré en un charco de sangre.
Mas no abandonaré tu Calvario,
ni renunciaré a tus tumbas.

Deja que acaben conmigo el hambre y la malicia.
No escogeré otro destino:
si debo morir, moriré contigo,
y contigo me levantaré, como Lázaro del ataúd.

De Caminos de Rusia, Maximilian Voloshin
1921