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Y lloran…y lloran….y lloran…
Dicen que ya desde la época de los egipcios eran usadas. Me refiero a las plañideras o lloronas.
Son mujeres a las que se les paga para llorar y hacer escenas dramáticas en los velorios. Una forma (falsa) de demostrar lo querido que era el difunto.
Como ya no soporto mi patrón, pensé en colocar mi negocio propio, y entrar con el pié derecho en el mundo empresarial: Ver mujeres llorando no es cosa rara, pero… ¿y hombres lagrimeando y a moco tendido? ¿Acaso no sería muchísimo más impactante?
Creo que hasta el finado quedaría conmovido.
Pero hete aquí que un maldito chino se me adelantó:
No soy de entregarme al primer traspié. Así que seguí pensando, y creo que con este inédito negocio, voy a ganar muchísimo más dinero.
Lloronas y llorones para los potenciales suicidas!!!
Ya vieron esos que se la pasan todo el día:
ME VOY A SUICIDAR!!! ME VOY A SUICIDAR!!!
En realidad, malditas las ganas que tienen de suicidarse. Es puro show. Pero…llega un momento en que si se le va la mano, no les queda otra que suicidarse para no pasar vergüenza. Ahí es que entra a funcionar mi negocio.
Voy a ofrecerle en alquiler plañideras/os que a coro griten:
-NOOOO…POR FAVOR NOOOOOO…!!!!
-QUÉ VA A SER DE NOSOTROS!!!! NOOOO POR FAVOR!!!
Ahí el “suicida” ante tal muestra de amor, encuentra su salida pomposa:
-OK… OK… No me voy de este mundo. Pero porque ustedes me lo piden, ok? y bla,bla,bla.
Creo que voy a ganar mucho dinero.
Está lleno de estos payasos.
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