busca la enervada luz que un dia,
Se le escapó de los ojos,
sigue por el camino, apatía
que deprime aún los abrojos,
no puede tiene miriadas en el alma,
esta apagada la llama de las palmas,
y en su errante vaiven, se avistan
como simples, misteriosas pistas
en la simientes de rostros rojos...

Camina erguida sin ver el sol,
al ritmo de un intocable,
al ritmo de un detestable
siniestro caracol,
ah! la bajeza de volar sin alas
de retener las palas
de los que trabajan,
y siempre se rebajan
tan solo por un litro de alcohol...