Aunque pudiera luchar contra un ataque de depresión, ¿en nombre de qué
vitalidad me ensañaría con una obsesión que me pertenece, que me
precede?. Encontrándome bien, escojo el camino que me place; una
vez "tocado", ya no soy yo quien decide: es mi mal. Para los obsesos no
existe opción alguna: su obsesión ha elegido ya por ellos. Uno se escoge
cuando dispone de virtualidades indiferentes; pero la nitidez de un mal es
superior a la diversidad de caminos a elegir. Preguntarse si se es libre o no:
bagatela a los ojos de un espíritu a quien arrastran las calorías de sus
delirios. Para él, enzalzar la llibertad es dar pruebas de una salud indecente.
¿La libertad?. Sofisma de la gente sana.
Cuando se cierne sobre nosotros la amenaza de morir de éxito o cuando el dolor se nos vuelve irreparable, cuando el narcisismo nos desequilibra o cuando el pesimismo nos ciega, en una palabra cuando la omnipotencia infantil triunfante o frustrada regresa para dañarnos, hay que volver a Cioran.
Última edición por ROSA ROJA; 13-ene.-2011 a las 19:22
El Amor mas verdadero, siempre se esconde tras el silencio mas profundo..!!!
Si alguna vez has estado triste sin motivo, es que lo has estado toda tu vida
sin saberlo.
Nosotros nos parapetamos detrás de nuestro rostro: al loco le traiciona el
suyo. El se ofrece, se denuncia a los demás. Habiendo perdido su máscara,
muestra su angustia, se la impone al primero que llega, exhibe sus enigmas.
Tanta indiscreción irrita. Es normal que se les espose y se les aísle.
De lagrimas y de santos...
Asesino las letras, deshizo las palabras, subasto las líneas; hizo las maletas,
convoco a los inquilinos del armario y las cómodas les dio su cartilla de
liberación y un boleto a nunca vuelvas, trato de hacer un par de inventarios,
reconoció que eso no se le daría en absoluto.
Luego escarbo en su pasado, con la firme intención de darle a cada evento
su adecuada atención, se canso, cerró los ojos, el sueño llego, las musas
envidiosas susurraron un par de cosas que no pudo descifrar, no se
preocupo; alguien más le visito, una media sonrisa se dibujo en sus labios,
mientras su pequeñito corazón saltaba.
Era tarde cuando despertó, empezó a contar los hoyitos en el techo, luego
las marcas de la vieja y nueva pintura, eso lo entretuvo un par de minutos.
Recordó que debía pesar su razón, era un trabajo cotidiano para evitar que la
demencia le sorprendiera, así empezó el ritual de saber si la coherencia
dominaba al impulso, peso uno y resto el otro, satisfecho palmeo su espalda,
al voltear se dio cuenta de que uno de sus ocupantes se había quedado
rezagado, le conmino a marcharse por la ventana.
Aun no decidía la travesía, si por mar de ingratitud o por tierra de nadie;
definitivamente descarto los vuelos, pues estos le habían traído muchas
amargas experiencias, estuvo tentado a invitar una buena víctima, por regla
se dijo trabajaba, viajaba y vivía solo. Busco su mapa, lo encontró tirado,
junto a los diarios que nunca escribió.
Ahora todo estaba listo, se dio cuenta hasta ese momento, una inmensa
niebla rodeaba su cuerpo, apenas y podía ver sus manos, soplo un poco para
despejar, luego pretendió iniciar la travesía planeada, hacía tiempo una
indiferencia inmensa se había apoderado de sus huesos.
El equipaje le canso luego de cinco pasos, opto por dejarlo en la entrada,
también se deshizo de algunos compromisos, con el andar más liviano empezó
a recorrer las mismas aceras, pasar por las esquinas, llegar a los cruces, con
el viento como compañero emprendió este que es el más importante de sus
viajes.
Los recuerdos jalaban sus pasos, pretendiendo hacer más pesado su avance,
recordó esos labios que le enloquecieron, la humedad donde solía hundirse,
nunca como entonces se sintió a gusto, el amor suele ser un perro rabioso,
arranca la piel y bebe la sangre. Luego nada solo dolor, lacerante y puro,
dejar que las noches se acumulen en el viejo calendario, abandonarse a la
indiferencia; el hubiera es un tiempo traidor.
Su alma se fusionaba con el dantesco paisaje a medida que todo quedaba
atrás, dejo de preocuparse más, de todos modos el no funcionaba así. El
miedo a abandonar las visitas a la tumba de aquel que se marcho sin
despedirse casi le hunde el barco, hizo las velas del olvido.
La razón es una puta que sobrevive mediante la simulación, la versatilidad y la
desvergüenza.
Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo es matarme en su turno a mí, Qué
cómodo se encuentra uno entre asesinos.
¿Qué sería de nuestras tragedias si un insecto nos presentara las suyas.
Nada es importante
¿Qué importancia puede tener que yo me atormente, que sufra o que piense?
Mi presencia en el mundo no hará más que perturbar, muy a mi pesar, algunas
existencias tranquilas y turbar -más aún a mi pesar- la dulce inconsciencia
de algunas otras. A pesar de que siento que mi propia tragedia es la más
grave de la historia -más grave aún que la caída de los imperios o cualquier
derrumbammiento en el fondo de una mina-, poseo el sentimiento implícito de
mi nimiedad y mi insignificancia. Estoy persuadido de no ser nada en el
universo y sin embargo siento que mi existencia es la única real. Más aún: si
debiera escoger entre la existencia del mundo y la mía propia, eliminaría sin
dudarlo la primera con todas sus luces y sus leyes para planear totalmente
solo en la nada. A pesar de que la vida me resulta un suplicio, no puedo
renunciar a ella, dado que no creo en lo absoluto de los valores por los que
debería sacrificarme.
EMIL CIORAN, EN LAS CIMAS DE LA DESESPERACIÓN
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Hoy no me levante de la cama, mi mente se disperso en el infinito buscando una respuesta, quise darle sentido a este maldito sentimiento, al final me frustre por que solo conseguí divagar.
Llegue tarde y no pude consentrarme, le heché la culpa a la regadera, a mi comoda cama, a la alarma que no fue suficiente ruidosa, y sobre todo al tiempo por ir tan deprisa... Hasta que por fín lo acepté.
Me haces falta.
Hoy amenazo con ser uno de esos días en que te añoro más que nunca, tu
recuerdo invade cada esquina, cada letra y cada espacio con el que cuento.
Me obligue a dejar de divagar en lo que sucede y acudí arrastrando la
humanidad a la ducha, el agua solo incremento la sensación de que algo me
hace falta.
No llegue tarde nunca lo hago, me esperaba una batalla más del desierto, la
enfrente con el cinismo que me caracteriza este tiempo que no nos
pertenece, no quiero culpar a nadie, yo solo creo mis infiernos.
Si se trata de anhelar yo voy primero, te necesito, escucharte por un par de
minutos es un deseo continuo, no tengo que cuestionarme, estas en mí
aunque no quieras.
Nos escuchamos cuando desees.
«The brain is the seat of madness and delirium.»