Algunas de mis poesías:

Las cuatro de la tarde

Volando las espumas de los cafés de invierno
se nos pasaban las palabras de lengua a lengua
con miradas insensatas de niños; patios y juguetes.

La conciencia que antaño gritaba desde la ventana
fabrica velos enterrados y, mañana, exhumados.
Y ahí estás tú, cariño, con cristales por ojos
y labios por frente en sábanas más blancas que las horas.

Aún los platos por ensuciar, las manos robando manteles,
tu cigarro en mi boca y mi tacón en tu tobillo.
¡Cuántas cosas no nos hemos contado junto a los hielos derretidos!

Y dime, amor, cuántos peces recorrerán las olas del olvido.