Cada madrugada vienen a entrevistarme el diablo y la muerte, el primero siente que debemos unirnos mientras la segunda se queda callada esperando que cumpla la promesa de cargarme a un espacio menos humano y mas real.
Oh Am@ndita, se de esto, en serio que se de esto. Fué el demonio el que me ha convertido en este espantajo que deambula por las sombras de la mente, de mi mente.

Aún así, me he forjado la idea de que la felicidad existe, que se halla escondida en un remanso. Dejar de pensar esto es tirarse al desgano total, a que colme nuestra existencia el hastío que vacía.