Estoy sólo con la secretaria en la oficina y la oigo que abre la puerta y sale y dice: "ANÍBAL, PUTA, DEJE DE ESTAR GRITANDO, NO VE QUE ESO LE MOLESTA A LA GENTE". (Aníbal es el vigilante del centro comercial donde nos ubicamos). No supe si reirme o llorar ante tan pueril acción.
Más vale solo, definitivamente. Aplica para todos los ámbitos de la vida.
¿Qué es lo que más extrañas de la infancia?
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.