Para ti, Nicolás.

Cuando la noche, hecha para nosotros, envía velos oscuros, la manecilla sigue su curso cuando ningún amor se va a dormir.
Cuando la pasión me vence el fuego se enciende y mi corazón será impulsado por ti.

Voy hacia ti cuando todo duerme.
Voy hacia ti sólo en la noche.
Espero a que se ponga el Sol y me doblego temblorosa ante tu poder.

Silencioso el deseo, el deseo en mí me detiene con fuerza.
Silencioso el deseo, el deseo en mí.
Escúchame, las estrellas brillan por todo el firmamento para ti y para mí hasta que la noche se apague.

Cuando el aliento lleno de deseo quema los labios, cuando esta luz nos ilumina, te darás cuenta que el calor del corazón rompe las cadenas y el tormento desaparecerá, entonces arderemos... se acerca la hora.

Voy hacia ti cuando todo duerme.
Voy hacia ti sólo en la noche.
Espero a que se ponga el Sol y me doblego temblorosa ante tu poder.

Silencioso el deseo, el deseo en mí...





22.07.10


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