Sólo durante el pasado año 2009 se registraron en nuestro país 350 delitos relacionados con la intolerancia, la xenofobia y el racismo. Un número elevado, aunque insignificante si se tienen en cuenta los 4.000 incidentes de este tipo que aproximadamente se producen en España y de los cuales la sociedad no es consciente. Incidentes que no se denuncian por miedo a represalias o marginación social. Delitos que nadie conoce y que por supuesto no quedan reflejados en ninguna encuesta.

El Informe Raxen 2009, elaborado por el Movimiento contra la Intolerancia, deja patente el incremento de este tipo de actos durante los últimos años. Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid se conforman como los tres focos principales de delitos contra la tolerancia que se producen en nuestro país. Esteban Ibarra, director de la asociación, denuncia la pasividad social y la falta de medidas institucionales que pongan freno a un problema que se está convirtiendo en nuestro pincipal escollo social.
-Sólo en la Comunidad Valenciana se han registrado 80 de los 350 delitos de intolerancia de los que habla el informe, ¿a que se debe este elevado porcentaje?
-Es un problema que existe desde hace ya muchos años. Desde hace tiempo vienen existiendo agresiones no sólo de naturaleza racista, sino también de naturaleza ideológica, cultural o de orientación sexual. Tenemos la esperanza de que el incremento de este tipo de incidentes en la comunidad comience a disminuir tras la promesa de la Fiscalía de Valencia de actuar con firmeza frente a grupos neonazis y también por el reciente plan contra el racismo y la xenofobia impulsado por la Consellería de Inmigración y que esperemos de fruto en los próximos meses. Sin embargo, la solución a este tipo de actos no depende sólo de las Comunidades en que se han registrado este tipo de delitos con mayor intensidad, sino de que se produzcan actuaciones a nivel nacional que frenen de algún modo la situación.
-¿Qué tipo de actuaciones echa en falta desde las instituciones?
-Para ser sincero, echamos en falta una reacción mucho más firme del conjunto del Estado. Aquí todo el mundo espera que las instituciones adopten medidas, pero no se producen actuaciones firmes al respecto. Aún hay muchas tareas pendientes, como prohibir la presencia de páginas web neonazis o desarrollar una legislación antidiscriminatoria potente que incorpore la directiva de igualdad de trato. El Gobierno Central, los autonómicos y los locales tienen que tomar cartas en el asunto. Necesitamos un pacto urgente de todos los partidos frente al racismo y la intolerancia. La Europa democrática se conjura frente al avance de la ultradrecha y el neofascismo, y es necesaria una respuesta rápida.
-Internet se ha convertido desde hace tiempo en uno de los altavoces para esto tipo de conductas...
-Sin duda alguna. No es de recibo que tengamos más de doscientas páginas de Internet que destilan odio, intolerancia y discriminación y que el Estado no actúe al respecto.
-Y es de suponer que la latente crisis económica está contribuyendo a fomentar este tipo de actitudes. El informe indica que un 50% de los jóvenes cree que los extranjeros arrebatan puestos de trabajo
-La crisis es una tragedia que viene de grupos racistas interesados y que nos recuerda a los años 30, cuando decían que la culpa de la crisis la tenína los judíos. Esto, ligado a la concepción de “los españoles primero” , está configurando una sociedad intolerante y xenófoba en la que se echa al inmigrante la culpa de una situación en la que no tienen nada que ver. De hecho, podemos contrastarlo con informes que demuestran la aportación de la inmigración a la economía española y no al contrario, como intentan hacernos creer.
Hace poco tuve que denunciar a la Fiscalía la aparIción de un juego en Internet que llevaba por nombre “Mata a Esteban Ibarra”


-¿Es la educación en la lucha contra la intolerancia una asignatura pendiente?
-En el año 95 se planteó en la UNESCO que el mayor esfuerzo debía hacerse en el ámbito educativo. La educación es el medio más eficaz para prevenir la intolerancia. Esto es un imperativo urgente que no se está abordando con ninguna intensidad.
-Precisamente del informe se desprende que un 14% de los jóvenes estaría dispuesto a votar a un partido racista
-Eso es un dato escandaloso y lo peor es que no tenemos a penas tiempo para acabar con el problema. Las instituciones han de reaccionar y tomar medidas inminentes. Ahora mismo las soluciones no están llegando y no hacen más que retrasarse sin que nadie tome actitudes decisivas.
-¿En qué ámbitos se producen este tipo de conductas con mayor intensidad?
-Hay dos viveros de la intolerancia. El primero de ellos son los campos de fútbol, en los que los fondos ultras aglutinan a lo más nefasto que tenemos en la sociedad. Otro vivero es Internet, un altavoz del extremismo y de las ideologías más antidemocráticas que nos podamos imaginar. Hace poco tuve que denunciar a la Fiscalía la aparición de un juego en Internet que llevaba por nombre “Mata a Esteban Ibarra”. Que existan conductas como esta no debería de estar permitido en ninguna sociedad democrática.
-¿Qué grado de implicación social está detectando en los últimos años?
La sociedad es mayoritariamente pasiva y sin lugar a dudas necesita una mayor conciencia, mejor información, mayor educación democrática. Si la gente interiorizara ciertos valores la sociedad sería menos manipulable de lo que es ahora.

-¿Cómo valora la actitud de los medios de comunicación ante estos delitos de intolerancia?

-Aunque valoramos el papel de los medios, hay que reconocer que están dormidos en esta materia y no están muy activos en la denuncia de conductas racistas y xenófobas. Creo que igual que se dedican espacios a programas banales se debería prestar mayor atención a aquellas informaciones comprometidas con los colectivos más vulnerables.