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Tema: MANANTIAL DE AMOR (Oración y meditación para católicos)

  1. #851
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    Inmaculado Corazón de María, ¡sed mi salvación, Madre Mía!

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    Homilía del Papa Francisco en Misa de Envío de la JMJ Río 2013: "VAYAN, SIN MIEDO, PARA SERVIR"


    RÍO DE JANEIRO, 28 Jul. 13 / 08:58 am (ACI).- Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,

    Queridos jóvenes

    «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás».

    Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.


    1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde.

    La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo,
    que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).

    Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios.

    Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

    ¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente.

    El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.

    En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo.

    San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza.

    La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.

    2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, un joven como ustedes, cuando fue llamado por Dios para ser profeta.

    Recién hemos escuchado sus palabras: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.

    «No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.

    Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad.

    Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Pero es una etapa en el camino. Sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos.

    3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1).

    ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.

    San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos».

    Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.

    Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio.

    En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes.

    El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén
    .











    Inmaculado Corazón de María, ¡sed mi salvación, Madre Mía!

  3. #853
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    En la Vigilia de anoche ¡3 millones de asistentes!






    Con la mochila cargada de compromiso
    Termina la JMJ. Los chicos vuelven a casa en las próximas horas. La sensación que queda es de plenitud
    28.07.2013 Gilberto Hernández García

    Termina la JMJ. Los chicos vuelven a casa en las próximas horas. La sensación que queda es de plenitud en el espíritu, como me ha referido un amigo: “Verdaderamente la Jornada es una experiencia de conversión”. Y me relata con toda su carga emotiva cada una de las actividades en las que pudo participar como peregrino. No cabe duda que el Espíritu de Dios sigue “haciendo nuevas todas las cosas”.

    Yo me quedo, como periodista y como seguidor de Jesucristo en esta amada Iglesia nuestra, con un grato sabor de boca, con el corazón henchido de gozo; aunque el vértigo de la noticia, el afán de compartir lo más pronto posible lo que estaba pasando en Río, a veces no me permitió digerir en su totalidad y en toda su sustancia todos los momentos que se sucedían, uno tras otro, en la JMJ. La tarea de todos será ir serenando y gustando en todas sus partes, los mensajes de Francisco, que, aunque dirigidos principalmente a los jóvenes, tocan la vida de todos sin importar la edad.

    Se ha dicho que la JMJ rebasó con mucho todas las previsiones. Y no se refiero sólo a la enorme cantidad de jóvenes, y adultos “colados” en la fiesta”, que en número de más de tres millones, abarrotó la ciudad de Río de Janeiro; o a las travesuras que la lluvia, el viento y el frío hicieron en estos días; se habla del enorme dinamismo que mostro el Papa, de la sencillez de sus palabras y de la manera directa que tuvo para confirmar en la fe a sus hermanos más jóvenes.

    Habló de licuados y de futbol; de modas y de retos; de tomar un cafecito y del clima; de líos y no echarse para atrás; pero siempre del Evangelio, de la presencia de Dios en medio de las realidades de la vida. Con cada una de sus palabras fuimos entendiendo eso de la “novedad del Evangelio”. Cosas ya dichas, ya escuchadas más de una vez, ya sabidas tal vez, pero que ahora tenían como un nuevo significado. Más de una ocasión me llevé las manos a la cabeza mientras leía los discursos o miraba la transmisión, para decirme: “¡Pero, claro! Así son las cosas, así deberían ser”.

    Se supone que el periodista no debe involucrarse emocionalmente con las fuentes que cubre, con los acontecimientos que relata, so pena de perder objetividad; sin embargo ha sido muy difícil sustraerse de este ambiente jovial y cargado de fe, que invita a renovar la vida, a asumir cada una de las dimensiones de la propia existencia en clave Reino, ese que anunció Jesús y que el Papa Francisco en estos días nos trajo al primer plano.

    Se termina la JMJ. Los sentimientos se cruzan. Muchos jóvenes ya reacomodan sus mochilas para emprender el retorno. Pero esas mochilas, creo yo, permítanme la metáfora, aún con todo su desorden propio de sus dueños, van ahora cargadas de reflexiones, compromiso, tareas pendientes que por sí mismo urgirán a cada uno a realizarlas. El Papa ha sido claro: “Hay que sudar la camiseta”, como dijo en la vigilia. No hay que distraerse, porque el que lo hace se pierde y juega en otro partido.

    Uno de los símbolos que más me han llamado la atención durante la Jornada, fue cuando en la Vigilia unos jóvenes construyeron (o reconstruyeron) una iglesia. Fue un esfuerzo enorme el que hicieron, sin embargo, poco tiempo después ellos mismos se encargaron de desmantelarla, ¿por qué? Porque es parte de la misión: ir a las comunidades de origen y edificar la parte que toca de esta gran familia que es la de los hijos de Dios.

    Esa es la parte con la que yo me quedo: desde mi profesión de periodista y mi vocación de seguidor de Cristo, me siento impulsado a seguir colaborando por estos medios a difundir las buenas nuevas del amor de Dios. Ha sido una hermosa oportunidad para estar cerca del “corazón del mundo”, que fue la JMJ de Río
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  4. #854
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  5. #855
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    El otro día subimos esta noticia de un niño de nueve años que había hecho llorar al Papa. ¿Qué le dijo? No sabíamos nada.
    Ahora, han podido preguntarle al niño y ya lo sabemos.

    "Santidad, quiero ser sacerdote de Cristo, un representante de Cristo", dijo el niño, mientras lloraba de la emoción. Conmovido por sus palabras, el Papa Francisco le respondió: "Voy a rezar por ti, pero te pido que reces por mí. A partir de hoy, tu vocación se concretó".


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  7. #857
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    Palabras del Papa Francisco a los Voluntarios de las JMJ 2013

    RIO DE JANEIRO, 28 Jul. 13 / 04:01 pm (ACI).- Queridos voluntarios

    Buenas tardes.

    No podía regresar a Roma sin haberles dado las gracias personal y afectuosamente a cada uno de ustedes por el trabajo y la dedicación con que han acompañado, ayudado, servido a los miles de jóvenes peregrinos; por tantos pequeños gestos que han hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia inolvidable de fe. Con la sonrisa de cada uno de ustedes, con su amabilidad, con su disponibilidad para el servicio, han demostrado que "hay más dicha en dar que en recibir" (Hch 20,35).

    El servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de san Juan Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha sido un medio que ha facilitado a miles de jóvenes tener "preparado el camino" para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor. A ustedes, que en este período han respondido con tanta diligencia y solicitud a la llamada para ser voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, les quisiera decir: Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe.

    Dios llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo, responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno mismo. Dios nos llama a todos a la santidad, a vivir su vida, pero tiene un camino para cada uno. Algunos son llamados a santificarse construyendo una familia mediante el sacramento del matrimonio.

    Hay quien dice que hoy el matrimonio está "pasado de moda"; ¿Está fuera de moda?, en la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es "disfrutar" el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, "para siempre", porque no se sabe lo que pasará mañana. Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a "ir contracorriente". También tenga la valentía a ser felices.

    El Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él, para amar a todos con el corazón del Buen Pastor. A otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios, dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados. Nunca olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años- cuando, después de haber entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera vez que Dios me llamaba. ¡No tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir "sí" a Dios. ¡En Él está la alegría!

    Queridos jóvenes, quizá alguno no tiene todavía claro qué hará con su vida. Pídanselo al Señor; Él les hará ver el camino. Como hizo el joven Samuel, que escuchó dentro de sí la voz insistente del Señor que lo llamaba pero no entendía, no sabía qué decir y, con la ayuda del sacerdote Elí, al final respondió a aquella voz: Habla, Señor, que yo te escucho (cf. 1 S 3,1-10). Pidan también al Señor: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué camino he de seguir?

    Queridos amigos, de nuevo les doy las gracias por lo que han hecho en estos días. Les agradezco a la pastoral, a los nuevas pastorales que pusieron a sus miembros al servicio de esta jornada. No olviden lo que han vivido aquí. Cuenten siempre con mis oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes.

    Recemos con amor y confianza a la santa Madre de Dios.

    Una última cosa recen por mi!








    Último mensaje del Papa Francisco en Brasil JMJ 2013

    RIO DE JANEIRO, 28 Jul. 13 / 05:08 pm (ACI).- Señora Presidenta de la República,
    Distinguidas Autoridades nacionales, estatales y locales,
    Querido Arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro,
    Venerados Cardenales y Hermanos en el Episcopado,
    Queridos amigos

    En breves instantes dejaré su Patria para regresar a Roma. Marcho con el alma llena de recuerdos felices; y éstos –estoy seguro- se convertirán en oración. En este momento comienzo a sentir un inicio de nostalgia. Saudade de Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón; este pueblo tan amigable. Nostalgia de la sonrisa abierta y sincera que he visto en tantas personas, nostalgia del entusiasmo de los voluntarios. Nostalgia de la esperanza en los ojos de los jóvenes del Hospital San Francisco. Nostalgia de la fe y de la alegría en medio a la adversidad de los residentes en Varghina. Tengo la certeza de que Cristo vive y está realmente presente en el quehacer de innumerables jóvenes y de tantas personas con las que me he encontrado en esta semana inolvidable. Gracias por la acogida y la calidez de la amistad que me han demostrado. También de esto comienzo a sentir saudade.

    Doy las gracias a la Señora Presidenta por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el Sucesor de Pedro. Agradezco cordialmente a mis hermanos Obispos y a sus numerosos colaboradores que hayan hecho de estos días una estupenda celebración de nuestra fecunda y gozosa fe en Jesucristo. Doy las gracias a todos los que han participado en las celebraciones de la eucaristía y en los demás actos, a quienes los han organizado, a cuantos han trabajo para difundirlos a través de los medios de comunicación. Doy gracias, en fin, a todas las personas que de un modo u otro han sabido responder a las exigencias de la acogida y organización de una inmensa multitud de jóvenes, y por último, pero no menos importante, a tantos que, muchas veces en silencio y con sencillez, han rezado para que esta Jornada Mundial de la Juventud fuese una verdadera experiencia de crecimiento en la fe. Que Dios recompense a todos, como sólo Él sabe hacer.

    En este clima de agradecimiento y de saudade, pienso en los jóvenes, protagonistas de este gran encuentro: Dios los bendiga por este testimonio tan bello de participación viva, profunda y festiva en estos días. Muchos de ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor.

    Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio. A Él es a quien hemos venido a buscar en estos días, porque Él nos ha buscado antes, nos ha enardecido el corazón para proclamar la Buena Noticia, en las grandes ciudades y en las pequeños poblaciones, en el campo y en todos los lugares de este vasto mundo nuestro. Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes de Brasil y del mundo entero: por medio de ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la abundante cosecha.

    Mi último pensamiento, mi última expresión de saudade, se dirige a Nuestra Señora de Aparecida. En aquel amado Santuario me he arrodillado para pedir por la humanidad entera y en particular por todos los brasileños. He pedido a María que refuerce en ustedes la fe cristiana, que forma parte del alma noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad.

    El Papa se va, les dice "hasta pronto", un "pronto" ya muy nostálgico (saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios les bendiga.





    Y estas palabras dedicadas a los obispos sobre cómo tienen que dirigir sus diócesis son para mí de lo mejor. Es largo pero es increíble.






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  8. #858
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    Entrevista al Papa
    Última edición por Pumby; 30-jul.-2013 a las 04:48
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  9. #859
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    Entrevista al Papa en el avión por un grupo de periodistas.

    VATICANO, 29 Jul. 13 / 11:01 am (ACI).-

    El Papa Francisco sorprendió hace unas horas a las decenas de periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso a Roma, al improvisar una rueda de prensa. Sus respuestas ya comenzaron a dar la vuelta al mundo y las tergiversaciones también. Compartimos la transcripción que hizo el diario español El Mundo.

    Transcripción de las respuestas del Papa en el avión / Diario El Mundo:

    Buenas tardes. Muchas gracias. Estoy contento. Ha sido un viaje hermoso. Espiritualmente me ha hecho bien. Estoy bastante cansado, pero con el corazón alegre. Me ha hecho bien. Encontrarte la gente te hace bien porque el Señor trabaja en cada uno de nosotros. Trabaja en el corazón. La riqueza del Señor es tanta que siempre podemos recibir tantas cosas hermosas de los otros. Esto me hace bien a mí. Como primer balance.

    Luego, la bondad y el corazón del pueblo brasileño es grande. Es un pueblo amable, que ama la fiesta, que en el sufrimiento siempre encuentra un camino para buscar el bien en alguna parte. Esto hace bien. Un pueblo alegre. Un pueblo que ha sufrido tanto. Es contagiosa la alegría de los brasileños. Tiene un gran corazón este pueblo.

    Luego, los organizadores, tanto de nuestra parte como de los brasileños... me he sentido que estaba delante de un ordenador. La encarnación del ordenador [señala a Gasbarri]. De verdad, estaba todo cronometrado. Luego hemos tenido problemas con la hipótesis de la seguridad. La seguridad por allí y por aquí. No ha habido ni un incidente en todo Río de Janeiro en estos días.

    Todo era espontáneo. Con menos seguridad yo he podido ir con la gente, abrazarles, saludarles, sin coches blindados. La seguridad de fiarse de un pueblo. De verdad que siempre hay el peligro de que haya un loco, de que haya un loco que haga algo. Pero también está el Señor. Hacer un espacio blindado entre el obispo y el pueblo es una locura. Prefiero esta locura, fuera, tener el riesgo de la otra locura, la locura fuera. La cercanía nos hace bien a todos.

    Luego la organización de la jornada, no esta precisa, todo, la parte artística, la parte religiosa, la parte catequética, la parte litúrgica, ha sido bellísima. También ellos tienen una capacidad de expresarse con el arte. Ayer, por ejemplo, han hecho cosas bellísimas, bellísimas.

    Luego, Aparecida. Para mí ha sido una experiencia religiosa fuerte. Recuerdo la V conferencia. Fui allí a rezar, a rezar. Quería ir allí solo, un poco escondido, pero había una muchedumbre impresionante y no era posible. Eso lo sabía antes de llegar. Hemos rezado. No sé.

    Una cosa... El trabajo vuestro ha sido, me dicen, yo no he leído diarios estos días ni he visto la televisión, no he tenido tiempo, pero me dicen que ha sido un trabajo bueno, bueno, bueno. Gracias. Gracias por la colaboración que vosotros habéis ofrecido.

    Luego está el número de los jóvenes. Hoy no puedo creerlo, pero hoy el gobernador hablaba de tres millones. No puedo creérmelo, pero desde el altar, no sé si alguno de vosotros ha estado en el altar, desde el altar hasta el final estaba toda la playa llena, hasta la curva. Más de 4 kilómetros. Tantos jóvenes. Dicen, me ha dicho monseñor Tempesta, que eran de 178 países. También el vicepresidente me ha dicho este número. Eso es seguro. Es importante.

    - Santidad, buenas noches. En nombre de todos los compañeros le queremos agradecer estos días que nos ha regalado en Río de Janeiro, el trabajo que ha hecho y el esfuerzo que le ha supuesto. Y también, en nombre de todos los periodistas españoles, les queremos agradecer las plegarias y los rezos por las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Muchísimas gracias. La primera pregunta no tiene mucho que ver con el viaje, pero aprovechamos la ocasión de que nos da esta posibilidad y quería preguntarle: Santidad, en estos cuatro meses de pontificado hemos visto que ha creado varias comisiones para reformar la Curia vaticana. Quisiera preguntare: ¿qué tipo de reforma tiene en mente? ¿Contempla la posibilidad de suprimir el IOR, el llamado banco del Vaticano?

    - Los pasos que fui dando en estos cuatro meses y medio vienen de dos vertientes. El contenido de lo que había que hacer, todo, viene de la vertiente de las congregaciones generales que tuvimos los cardenales. Fueron cosas que los cardenales pedimos al que iba a ser el nuevo Papa. Yo me acuerdo que pedía muchas cosas, pensando en otro (risas) Pedíamos que había que hacer esto...

    Por ejemplo, en la comisión de ocho cardenales, es importante tener una consulta outsider, no las consultas que se tienen, sino outsider. Esto va en la línea, y aquí hago como una abstracción, en la línea de la maduración de la relación entre sinodalidad y primado. Estos ocho cardenales favorecen la sinodalidad. Ayudan a que los diversos episcopados del mundo se vayan expresando en el mismo gobierno de la Iglesia.

    Hay muchas propuestas que se hicieron que aún no están puestas en práctica como la reforma de la secretaría del sínodo, en la metodología, cómo la comisión postsinodal, que tenga carácter permanente de consulta, cómo los consistorios cardenalicios con temáticas no tanto formales como por ejemplo una canonización, sino con otras temáticas, etcétera. La vertiente de los contenidos viene de ahí.

    La segunda vertiente es la oportunidad. Te confieso que a mí no me costó, al mes de pontificado, armar la comisión de los ochos cardenales.

    La parte económica pensaba tratarla el año que viene, porque no es lo más importante que hay que tocar. Sin embargo, la agenda se cambió debido a unas circunstancias que ustedes conocen, que son de dominio público, y que aparecieron problemas y había que enfrentarlos. El primero el problema del IOR: cómo encaminarlo, cómo delinearlo, cómo reformularlo, cómo sanear lo que haya que sanear. Ahí está la primera comisión de referencia.

    Ustedes conocer el quirógrafo, sus integrantes, lo que se pide... Después tuvimos la reunión de la comisión de los 15 cardenales que se ocupan de los aspectos económicos de la Santa Sede. Son de todas partes del mundo. Y allí, preparando la reunión, se vio la comisión de hacer una misma comisión de referencia para toda la economía de la Santa Sede. Se tocó el problema económico fuera de agenda, pero estas cosas suceden en el oficio de gobierno. Uno va por aquí pero le patean un golazo de allá y lo tiene que atajar, ¿no es cierto? La vida es así y eso es lo lindo de la vida.

    Respecto a la pregunta que me hacía del IOR. Perdón estoy hablando en castellano (cambia al italiano) No sé cómo terminará el IOR. Algunos dicen que tal vez es mejor que sea un banco, otro que es mejor que sea un fondo de ayuda, otros dicen que hay que cerrarlo. Se escuchan estas voces. Yo no sé, me fío del trabajo de las personas del IOR, que están trabajando cone sto. también de la comisión. El presidente del IOR continúa, el que había antes, mientras que el director y el vicedirector han presentado su dimisión.

    No sé decirle cómo terminará esta historia. Esto es también hermoso. Se busca, se encuentra. Somos humanos. Debemos encontrar lo mejor, pero las características del IOR sea un banco, un fondo o lo que sea, sus características deben ser transparencia y honestidad. Debe ser así. Gracias.
    Inmaculado Corazón de María, ¡sed mi salvación, Madre Mía!

  10. #860
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    - Santo Padre, mi pregunta es tal vez indiscreta. Ha dado la vuelta al mundo la fotografía de cuando hemos partido de usted, que sube la escalerilla del avión llevando un maletín negro. Ha habido artículos en todo el mundo comentando esta novedad. Ha habido hipótesis de qué contenía el maletín. ¿Por qué la ha llevado usted y no un colaborador? ¿Nos puede decir que era dentro?

    - No había dentro la llave de la bomba atómica. La llevaba porque siempre lo he hecho. Cuando viajo la llevo. Dentro llevo la cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer. Llevo uno sobre Santa Teresita, de la que soy devoto. Siempre llevo el maletín cuando viajo, es normal. Debemos ser normales. Es un poco extraño lo que me dices que ha dado la vuelta al mundo esa foto. Debemos habituarnos a ser normales. La normalidad de la vida

    - Santidad, ¿por qué usted pide tan insistentemente que se rece por usted? No es normal o habitual escuchar tanto a un Papa que pide que recen por él.

    -Yo siempre he pedido esto. Cuando era sacerdote lo pedía pero no tan frecuentemente . He comenzado a pedirlo con cierta frecuencia en el trabajo de obispo. Siento que si el Señor no ayuda en este trabajo, para que el pueblo de Dios vaya hacia adelante, uno no puede.

    Yo me siento de verdad con tantos límites, con tantos problemas, también pecador. Vosotros lo sabéis. Debo pedir esto, me viene de dentro. También a la Virgen le pido que rece por mí al Señor. Es una costumbre que me viene de fuera, también de la necesidad que tengo por mi trabajo. Siento que debo pedirlo. Es así.

    - Santidad, en la búsqueda de hacer estos cambios, usted dijo al grupo de América Latina que hay tantos santos que trabajan en el Vaticano, pero también personas que son un poco menos santas. ¿Ha encontrado resistencia a su deseo de cambiar las cosas en el Vaticano? La segunda pregunta es: usted vive de un modo muy austero en Santa Marta, ¿quiere que sus colaboradores, también los cardenales, sigan este ejemplo y vivan en comunidad o es algo sólo para usted?

    - Los cambios vienen también de dos vertientes. Lo que los cardenales hemos pedido y lo que viene de mi personalidad. Usted hablaba de que me he quedado en Santa Marta. Pero no podría vivir solo en el palacio, no es lujoso. El apartamento pontificio no es tan lujoso, es amplio y grande, pero no lujoso. Pero yo no puedo vivir solo o con un pequeño grupito. Necesito a gente, encontrarme con la gente, hablar con la gente.

    Por eso cuando los chicos de las escuelas jesuitas me han preguntado que si era por austeridad o por pobreza, les he dicho que no. Es por motivos psiquiátricos, porque psicológicamente no puedo. Cada uno debe llevar adelante su vida con su modo de vivir y de ser. Los cardenales que trabajan en la Curia no viven como ricos o fastuosos. Viven en apartamentitos, son austeros los que conozco.

    Cada uno debe vivir como el Señor le pide que viva. La austeridad , una austeridad general creo que es necesaria para todos, para todos los que trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay muchas tonalidades de austeridad, cada uno de buscar su camino.

    Respecto a los santos, es verdad: hay santos en la curia. Cardenales, sacerdotes, obispos, monjas, laicos... Es gente que reza, que trabaja mucho y que también va al encuentro de los pobres. A escondidas. Yo sé de algunos que dan de comer a los pobres o que en su tiempo libre acuden a hacer ministerio en una iglesia o en otra. Hay santos en la curia. Aunque también hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen más ruido.

    Ya sabéis que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Y me duelen esas cosas. Hay algunos que dan escándalo. Tenemos este monseñor en prisión, creo que aún sigue en prisión, y no ha ido a la cárcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda... No era un santo. Son escándalos y hacen daño.

    Una cosa que nunca he dicho antes y de la que me he dado cuenta: creo que la curia ha caído de nivel respecto al que tenía en los tiempos de los viejos curiales, fiel, que hacía su trabajo. Necesitamos esas personas. Creo que hay, pero no tantas como en una época. El perfil del viejo curial, yo lo llamo así; tenemos que tener más de esos.

    Sobre si encuentro resistencia…: si hay resistencia por ahora yo no la he visto. Es verdad que no he hecho tantas cosas. Lo que si he encontrado es ayuda y gente leal.

    Por ejemplo, a mi me gusta cuando una persona me dice: ´Yo no estoy de acuerdo´, y esto lo he encontrado. ´Yo esto no lo veo, no estoy de acuerdo, yo se lo digo y luego haga lo que quiera´: alguien que te dice eso es un verdadero colaborador, y eso lo he encontrado. Pero esos que te dicen: "Ay, qué bonito, qué bonito, qué bonito", y luego dicen lo contrario en otra parte, todavía no me he dado cuenta. Quizás hay alguno, pero no me he dado cuenta de estas resistencias. En cuatro meses no se pueden encontrar muchas.
    Inmaculado Corazón de María, ¡sed mi salvación, Madre Mía!

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