Me impresionó su tamaño. Las había visto así, grandes, solamente muy adentrado en las montañas al Noroeste de la Cordillera Central entre Monteverde y Arenal, en La Tigra, nunca en zona rural. Cerca de casas y comercios y calles y carreteras. Alli estaba revoloteando, sus brillantes y azuladas alas con contornos negros contrastaban con el verde de ese jardincillo en que retozaba, quiero pensar que, alegremente. Podía tener un palmo de longitud (unos 20 cm). Ni me molesté en fotografiarla porque se hubiera alejado al sentir mis pasos. La naturaleza nos sorprende cuando menos lo esperamos y hoy me sorprendió a mí.
No es la que vi hoy, pero les muestro una para que tengan idea de su belleza:
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.