Muy cierto, Juan.
Es lamentable esa actitud salvaje de esas bestias (me refiero a los humanos) que gozan con este tipo de espectáculos. Aquí en mi país, y en mi ciudad, felizmente no se observa mucho esos sacrificios, pero sí hay. Por Alá que si algún día llegara presenciar esas atrocidades en contra de los canes u otros animalitos, no hago reservas y de la manera más racional posible les parto la cabeza con piedras.
Un abrazo.