Nostradamus nació en Sant-Rémy-de-Provence (Francia), falleciendo en Salon-de-Provence(Francia)

Fue médico, vidente, astrólogo, filósofo, matemático y alquimista, siendo objeto de análisis, y de estudios por parte de cuantos se han esforzado en descubrir su auténtica personalidad y sobre todo el secreto, que supuestamente se encierra en sus famosas profecías.

La crítica racionalista niega la existencia de cualquier «secreto de Nostradamus», reduciendo su obra de clarividente a un mero producto de la alucinada imaginación de un loco, no pasando el corte de una examinación razonablemente. Sin embargo, es difícil despachar con este argumento la obra profética de Michel de Nostredame,.Aunque todo el mundo haya oído hablar de él y su nombre se cite con frecuencia, ¿cuantos habrán leído, siquiera por encima, sus profecías? Un número muy reducido, desde luego.

El empleo de un lenguaje esotérico en sus escritos se justifica porque, en el terreno de la profecía más que en cualquier otro campo, las verdades no son siempre agradables para quien las dice, ni halagadoras para quienes las escuchan, por eso el actuó con prudencia, puesto que no deja de ser un bien, en la gran mayoría de los casos, que el significado preciso de una revelación profética no sea comprendido hasta que el acontecimiento predicho se haya cumplido. ¿Cómo actuaríamos con libertad si conociéramos ya nuestro futuro?

Nostradamus subraya la necesidad de tal hermetismo en una carta dirigida al rey de Francia Enrique II: «para conservar el secreto de estos acontecimientos, conviene emplear frases y palabras enigmáticas en sí mismas, aunque cada una responda a un significado concreto».
En otro escrito suyo, después de precisar que las revelaciones contenidas en sus profecías le fueron comunicadas «en el curso de continuas vigilias nocturnos», insiste sobre el origen cósmico y divino de sus visiones, «visiones que Dios me ha dado a conocer a través de una revolución cósmica».


Famosa es su profecía contenida en la Centuria I, Cuarteta 65 que alude a la trágica muerte del rey Enrique II en un torneo.

“El joven león al viejo ha de vencer
En campo bélico y en duelo singular.
En jaula de oro sus ojos saltará
dos clases una: luego morirá cruelmente.”

Nostradamus habla de su ojo perforado en una caja de oro y de su muerte dolorosa y cruel. Todo esto sucedió en forma exactísima: la lanza del Conde Montgomery penetró en el yelmo dorado del rey por el visor, atravesando su ojo y llegó al cerebro. Tras diez días de terrible sufrimiento el rey falleció.


P.D.:No digo que esto quiera decir más de lo que es, pero cuando menos es sorprendente.

Saludos.