En esta noche triste, mustia y negra
escribo, quizás, lo último que escribiré para ti.
Llévalo como el recuerdo de una amistad sincera,
que nació así...como el viento, y de repente empezó a morir.

Nuestro amor siempre tuvo el agrio sabor de la duda,
nuestro amor nunca tuvo la esperanza de la Fe.
Sin embargo nos quisimos, nos amamos con locura,
y yo sé que aún nos queremos cuál, nos quisimos ayer.

Más ahora que eres de otro, que ya no me perteneces,
que te entregas a otro hombre, en vez de entregarte a mí.
Ahora sé lo que se sufre por un error en la vida,
por un erro de un instante, que pone a la vida fin.

Mas tú seguirás tu vida por un camino distante,
y yo seguiré viviendo cada día mi penar.
y quizás tú con el tiempo dejarás de recordarme,
al iguel yo, con el tiempo, te he de aprender a olvidar.

Y así acabará la historia de aquel amor, de aquel romance,
que nació así...como el viento, y de repente aprendió a morir.
Y veremos en nuestras vidas, que el error de aquél instante,
fue únicamente el culpable, para nuestro amor poner fin.

Por: Antonio Escobar