Basta acudir a cualquier oferta de empleo de las que se anuncian en cualquier periódico o medio de difusión de tales ofertas, para enseguida percatarse de lo que ofrecen los empleadores, a saber:
Jornadas laborales mucho mayores a las que establece la ley, sin retribución extra por concepto de tiempo extraordinario. Discriminación laboral por sexo, edad, apariencia física, etc. Arreglos especiales como contratos temporales, que de temporal solo tienen el nombre. Salarios aparentes, para evadir cuotas sociales e impuestos federales o locales; etc.
Por consejo de abogados y contadores, y al amparo de una blandengue autoridad laboral, los patrones hacen de las suyas en la explotación de la sobre demanda de empleo, pagando lo que quieren y a quien quieren; pasandose la ley por la entrepierna donde deberían tener algo de lo que carecen.
Y los trabajadores (trabajadores solo de definición, porque en realidad son sub empleados o de plano desempleados), tienen que avenirselas con lo que hay en el mercado laboral. Con esas migajas, limosnas de lo que por derecho debería ser una plena justicia laboral.
Aunque por supuesto hay buenos empleos, bien retribuidos y con grandiosas prestaciones, pero esos empleos estan destinados a los familiares de los patrones; y a los elegidos para ser los ayudantes de los negreros empresarios y de la ya multicitada en otros textos "gente del poder".