Si me vieras en este estado
pensarías que no existe cosa
más triste en el mundo que yo.
Pero si volteás tu rostro al espejo
te vas a dar cuenta de tu error.
Sembrás esperanza en mi corazón
y cuando el desengaño florece
esas esperanzas se transforman
en fantasmas que te visitan en
cada sueño, gozando verte sumida
en la desesperación.
Soy el demonio que te acosa y
vos, asustada, sos mi creador.
¿Y ahora? tenés persiguiendote
a toda una legión.