Poemas de urbe III


La noche se hacia menos virtual, las ciacaras de danzantes

cobijaban carcajeantes los murmullos de los comenzales de

tavolas, los rostros llenos de expresiones diversas tornaron en

vista de aquella fragil figura infantil, alguien quizas vio el

chance de aquella criatura en las olimpiadas atleticas, otros se

despreocuparon , presumiendo de conocedores, ¡un pilluelo mas en

huida!, a quien desvalijaria de sus centavos, pero la algarabia se

apodero de presunciones o comentarios, aquel circo poco menos

romano, empujaba al pequeño escurridiso a volar y no correr con

aquel hueso carnudo entre sus sucias manitas flacuchas, quizas el

camarero policiaco vio nulo el chance de atrapar aquel diminuto

demonio o en sus fueros internos sabia que aquella presa de ave

en las manos de aquella criatura , era un desperdicio de plateria

usada, su quizas naciente conciencia se planto en escucha de

aquellos insultos y gritos de quienes disfrutaban una noche de

sabado fiestoso, los miro y el terror de quien descubre un cadaver en

medio de la noche fria y oscura , le abrazo cual madre consoladora,

la gran mayoria de aquellos ahora beodos pasmaron sus energicas

fauces en asombro de aquel llanto de hombre rendido , el gran

silencio hubo de marcharce veloz, las explosiones de risotadas

idiotas mas las de los fumadores de habanos caros y otras especies,

rebotaban en la humanidad titanica de aquel hombre de ahora

lacrimales ojos, estos seguian la pista de aquella criatura que

hoy le habia dado un chance a la obtenccion de su libertad, defendio a

capa y espada al infante desaparecido, las miradas de sus

camaradas denotaban respeto algunas y lastima otras , el amo de

las tablas de fritangas voscifereaba histerico de su pobre presa de

pollo , expoliada por un audaz ladron, despedido de salarios y un

futuro en aquel cafe, el puño seguro de quien conoce la verdad

se postro como caricia de tigre en la faz hinchada y rojisa del

patron, las carcajadas continuaron mientras la parranda sabatina

soportaba los pasitos salseros de turistas tascosos o borrachines

de esquina y tiendas debutantes en las cercanias de las rokolas,

una figura de hombre en las distancias de los muros se hacia

cada vez mas grande y clara, el pañuelo de servidor caido entre

los peñalones de aceras sirvio de arropo para una presa de pollo y

un niño sumidos en los verdes del parque.

del libro y obra meditacciones poeticas de jesus super star