Opino que el mundo seguirá siendo lo que es con dios o sin dios, este sólo habita en la cabeza de las personas que están dispuestas a creer, que necesitan creer o que sencillamente les gustan creer. Todos estos supuestos o cualquier otro me parecen igualmente respetables.
Cada ser humano vive su vida para si mismo, o asi deberia ser, y cada uno, creyente o no, tiene la plena facultad de alcanzar la felicidad.
Las personas pueden creer en ellas mismas, en los valores humanos, la bondad, el amor, la fraternidad, la responsabilidad, la honestidad, en las buenas y en las malas intenciones. Valorar la vida sin esperar recompensas a posteriori.
O basar el sentido de su vida en la creencia de la existencia de un ser infinitamente superior que los ayuda y guía en sus vidas y que los premia o castiga en función de su comportamiento.
Personalmente prefiero pensar a rezar, pero respeto la forma de conducirse de cada cual.
Creyentes, ateos, agnósticos...es sólo etiquetar a las personas según los esquemas y expectativas que proyectamos sobre ellas, pasando así por alto algo tan básico como qué y quiénes son realmente esas personas.
Saludos.
Última edición por Toyhartadidiotas; 17-ene.-2010 a las 11:22
Si no suena el teléfono, soy yo