En los Glaciares del olvido......
De joven, vine del Norte salvaje a la ciudad de la sed
y del pecado.
Con la antorcha y el acero, con la sangre y las llamas
Me gané lo que un hombre puede tener:
Sí, jugué y gané en el juego del demonio...
Tuve esplendor y gloria, y fama fulgurante
Y me reí ante el guiño de la muerte.
¿Por qué no puedo aullarlo todo, como lo hacen los lobos?
¿Por qué no puedo resignarme y aguantarme hasta la risa?
¿Por qué uno quiere lanzarse desde lo alto y al bajar buscar olvido?
¿Serán los dioses ocultos o serás tú? Será una decisión mortal.
En lo hermoso de mi sueño
Cuando sonríes se me pasa, las penas, la vida...¡todo!
Fuck. Quiero ir y no puedo!!
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
En que no quiero ser la conclusión de este mal presentimiento.
Encenderé la claridad de tu penumbra
Para buscar en ella un asomo de tu luz
Esa sonrisa que a la oscuridad alumbra
que te empeñas en ocultar a contraluz.
Me lleva un tren, ya me quiero ir.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.
En que esta será una gran semana.
Cuando sonríes se me pasa, las penas, la vida...¡todo!
En que me voy a la zona oscura.....
De joven, vine del Norte salvaje a la ciudad de la sed
y del pecado.
Con la antorcha y el acero, con la sangre y las llamas
Me gané lo que un hombre puede tener:
Sí, jugué y gané en el juego del demonio...
Tuve esplendor y gloria, y fama fulgurante
Y me reí ante el guiño de la muerte.
En acabar la partida de ajedrez e irme a comprar...
«Thou wilt keep him in perfect peace, whose mind is stayed on thee: because he trusteth in thee». – Isaiah 26:3