A Rocío M. F.

He fijado mi corazón en el camino de mi amada,
porque la abundancia de ella, no se derrite bajo el sol.
Su alma se destila sobre un lirio en el jardín,
su alma se hizo fruto del mas selecto.
Ahora el poema dentro de mi quiso salir ha respirar.

Ciertamente abriré un cerrado verso amoroso,
porque la voz de mi amada se asemeja
a la canción de Salomón, su alma es el color del agua,
y su forma, es una que no ha visto ojo de hombre.
Tengo su nombre cincelado en mi frente
y lo indeleble de su sello esta grabado en mi brazo.
Ningún otro rostro se ilumina, en lo remoto de mis pasos;
también la fragancia de ella, gira con el tiempo posterior.

Si el castigo de tu ausencia, llegará ha precipitarse como lluvia…
sin falta tu alma seria incontenible para el aire que atraviesa los días,
pues tu: haz liberado a mi corazón de su encierro,
lo pusiste en el viento, ahora cabalga junto a el.

Ahora que respiras silenciosa por el tiempo…
tu nombre difunde su fragancia.
Hay abundancia de ti cuando se levanta el alba,
positivamente la voz de tu alma se asemeja al canto de Salomón,
y mi verso intenta compararse a tu cuerpo.

Israel W Borges, 2008