MOSCU (AFP) — Cuando Georgia atacó Osetia del Sur el 7 de agosto estaba claro que algo extraordinario estaba empezando. Pero entonces pocos pensaron que estos incidentes, que en una semana se aceleraron, cambiarían el orden internacional en los próximos años, según varios analistas.

Los principios fundamentales para establecer relaciones con Rusia y otros países, después de la desaparición de la Unión Soviética, se pusieron de repente en entredicho.

"El conflicto reciente tendrá repercusiones dramáticas para Rusia y la comunidad internacional en general en los próximos tiempos", dijo Yevgeny Volk, un analista político de la Heritage Foundation, de Estados Unidos.

"Es el momento crucial geopolítico más importante desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. Es una nueva etapa en las relaciones internacionales, el final de una ilusión sobre el desarrollo pacífico de las relaciones Este-Oeste", añadió.

Numerosos expertos están de acuerdo y señalan que la crisis en Georgia ya marcó profundamente el paisaje global.

"El statu quo anterior se fue para siempre", indicó en un ensayo James Nixey, responsable del programa de Rusia y Eurasia en el instituto londinense de relaciones internacionales Chatham House.

"Pase lo que pase en el Cáucaso, las relaciones entre Rusia y Occidente (y los vecinos de Rusia pro occidentales) serán seguramente, desde ahora, reevaluadas por todos", agregó Nixey.

Reaccionando con la fuerza al ataque georgiano en la región separatista y lanzando después una ofensiva en Georgia, Rusia tenía varios objetivos, algunos de los cuales fueron alcanzados, según diferentes expertos, como consolidar su presencia en el Cáucaso y reforzar su peso económico.

"La reacción de Rusia fue una política predeterminada que buscaba una aplicación apropiada", advirtió Martha Brill Olcott, del centro de reflexión Carnegie Endowment for International Peace.

"La situación en Osetia del Sur resultó ser una tormenta perfecta para Moscú", añadió Martha Brill.

El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, apoyado por Estados Unidos, ya había mencionado en numerosas ocasiones su intención de retomar el control de Osetia del Sur y de Abjasia, otra región separatista pro rusa.

Pero lo más sorprendente de este conflicto fue la rapidez con la que las hostilidades se transformaron en un enfrentamiento global entre, por un lado, Rusia y, por el otro, Estados Unidos y la mayoría de países europeos.

Según varios analistas, ahora es cuando los políticos se están dando cuenta de las consecuencias a largo plazo de esta confrontación.

"Rusia dice desde hace muchos años que está dispuesta a utilizar la fuerza fuera de sus fronteras" en defensa de los ciudadanos rusos y de sus intereses, explicó Fyodor Lukyanov, periodista de política internacional en la revista Russia in Global Affairs.

"Pero el hecho de hacerlo realmente cambia la situación estratégica", dijo. "En este momento crítico, parece que Estados Unidos no puede en realidad hacer nada" para ayudar a Georgia contra el ataque ruso.

Y esto, según el analista, puede reorganizar el sistema internacional. Países como Georgia, Ucrania o otras ex repúblicas soviéticas van a replantearse sus relaciones con Rusia, Estados Unidos y el mundo.

"Aquellos que decidieron apoyar exclusivamente a Estados Unidos van a reflexionar" y diversificar sus relaciones para alcanzar sólidas garantías de seguridad, concluyó Lukyanov.