¡Oh, sí!; hasta para todo un Ζεύς, soberano del Olimpo y AMO de TODO, ep!, "la vida da muchas vueltas"...

Un día, pues, allá por las inexpugnables cimas caucasianas, apareció, DESESPERADO, aquel que fué llamado por el mismísimo Ἀπόλλων, por boca de la Πυθια, Ἡρακλῆς... Ni su propio divino padre, ¡ni más ni menos que el padre de los dioses!, podía ayudarle a hacerse con las maravillosas manzanas de las Ἑσπερίδες..; pero.., allá por las orillas del Ηριδανός, le habían susurrado ancianas que daba miedo mirar de frente que había alguien sumamente ASTUTO penando en algún lugar de aquellas cumbres precisamente por ¡haber engañado al mismísimo Ζεύς! .

Ἡρακλῆς, pues, había cruzado Λιβύη, atravesado Αίγυπτος, pasado Ασία y luego Αραβία..; había recorrido el mundo todo hasta llegar allí.., donde hasta él se estremecía de ESPANTO: agitado bestialmente por los vientos huracanados, destripado eternamente por el voraz pico del monstruoso alado, Προμηθέας miraba, enloquecido de dolor infinito pero RIENDO a mandíbula batiente, al hijo de Ζεύς, hasta el tuétano, ¡sí!, de desesperación suplicante...

-"¿Qué quieres aquí, hijo del soberano olímpico?"

-"AYUDA; tu ayuda, hijo de Ίαπετός"

-"Y, ¿cómo me pagarás?"

Por toda respuesta, enarboló Ἡρακλῆς su invencible arco regalo de Ἀπόλλων y ASAETÓ al monstruo que cayó muerto ipso facto.

-"Pagas bien, muchacho..; escucha atentamente, pues: ve sin pararte al lejanísimo país de Υπερ βορεία..; pero, ANTES de entrar en el maravilloso jardín, ve donde el divino padre de Αἴγλη, Ερύθεια y Εσπερίεια, las sin par Ἑσπερίδες, el gran y poderoso Ἄτλας, sostiene el orbe todo en sus divinos hombros y le dirás que, a cambio de unas pocas manzanas de tan surtido jardín, tú, hijo de Ζεύς, le aliviarás unos momentos de su enorme carga... Espera, no digas nada... ¡Claro que verá que piensas engañarle!; pero, sigue escuchándome... Asentirá, puedes estar seguro..; e, irá, sin duda, a buscar las manzanas. Y, también sin duda alguna, cuando vuelva, NO querrá volver a su sitio y, por tanto, liberarte de la carga. Escúchame bien: tú deberás mostrarte de acuerdo con su triunfo ¡e, incluso, felicitarle por su inteligencia!; pero, amigablemente, deberás sugerirle ¡que, tú NO eres tan fuerte como él! y que le ruegas te haga el favor de sostener un instante la bóveda célica mientras te colocas un almohadón para no sentir tanto el peso del universo todo... Él, no te quepa la más mínima duda, se sentirá FELIZ de que quede claro que es el más fuerte y que tú eres más débil..; y, entonces..."

-"Dicen las viejas que eres MUY astuto..."

-"Ya ves que NO mienten"

¡Todos/as sabemos de oficio lo que siguió..!; pero, quizá haya quien desconozca que el padre de los dioses, desde las alturas, viendo los triunfos de su hijo, se mostró agradecido y NO protestó de la liberación de quien había jurado no liberar jamás. Solamente inundó los cielos, la tierra y los mares un dicto supremo:

-"Sea lo que está hecho por el hijo de Ίαπετός, sí..; pero, es mi voluntad inalienable que sea a partir de ahora MORTAL y lleve hasta el día que se convierta en polvo y olvido un anillo fabricado por el acero de sus cadenas y un trozo de la roca a la que ha estado encadenado todos estos milenios"

Προμηθέας bajó, pues, de las cimas caucasianas siendo un ser de carne y hueso caducos..; pero, ¡ah!, genio y figura, tenía un plan.

Durante los últimos instantes en que había sido materia olímpica, su divino don profético le había mostrado que Χείρων, el inmortal centauro hijo de Κρόνος y de Φιλύρα, hija del divino Ώκεανός, sería ACRIBILLADO brutalmente por Ἡρακλῆς... SÍ: era su oportunidad. Atravesó mares y montañas y, en el momento en que Χείρων se desplomaba, damas y caballeros, allí estaba Προμηθέας. Χείρων AULLABA de dolor infinito...

-"¡Oh, sufrimiento inconcebible!, ¡mi inmortalidad por su fin!"

-"Dámela a , Χείρων; y, acabará tu tormento"

-"Tuya es, hijo de Ίαπετός"

El padre de los dioses contempló desde su trono CUÁN astuto era Προμηθέας, ¡otra vez inmortal..!; y, fué la única vez en toda su eterna existencia en que sintió MIEDO: decidió borrar de la faz de la tierra, ¡no sólo a los/as hijos/as de Προμηθέας!, sino a a TODA la especie humana; que, a pesar de las calamidades y desgracias de la caja de Πανδώρα, aún sobrevivía gracias al FUEGO. Así, pensó el padre de los dioses.., sólo tendría que controlar a Προμηθέας. Le hizo venir al Olimpo y le hizo JURAR que no saldría de él por NINGUNA circunstancia y que NO hablaría con NADIE nunca más. Tranquilizado por el juramento Ζεύς, empezó a preparar el DILUVIO.

Pero Προμηθέας, astuto siempre.., hizo que la casa donde vivían su hijo Δευκαλίων y la esposa de éste, Πύρρα, se llenase de sonidos extraños, de visiones horripilantes, de pavorosos crujidos... Pronto, HORRORIZADOS, presas del espanto, Δευκαλίων y Πύρρα se metieron en un cofre y se quedaron allí, llenos de temor...

El Diluvio cubrió TODA la tierra durante nueve días y nueve noches..; y, NADA vivo quedó...

Salvo Δευκαλίων y Πύρρα; que, salieron del cofre donde habían estado flotando todo este tiempo (¡ellos pensaban, asustadísimos, que eran los espíritus malignos quienes los movían!) y que se había posado, finalmente, en las cumbres montañosas de Θεσσαλία.

¡Oh, sí!; el padre de los dioses, finalmente, se, digamos.., rindió. Reconociendo se debía un tributo a la astucia de Προμηθέας, se apareció para su inusitado asombro a la asustada pareja superviviente...

-"Hablad, Δευκαλίων y Πύρρα; y, os concederé al instante el deseo que me pidáis"

-"Deseamos compañeros/as, ¡oh, dios de dioses!"

-"Sea: tú, Δευκαλίων, lanzarás por encima de tu hombro piedras que caerán como hombres; y, tú, Πύρρα, lanzarás también piedras por encima de tu hombro que caerán como mujeres"

Y, et voilà!; volvió a haber, como saben.., humanidad toda.

Ζεύς, dicen los classiques absolutamente reverenciales.., tomó a Προμηθέας, NO como amigo, pero sí como eterno compañero de sus borracheras de ambrosía...

-"¿Creías, hijo de Ίαπετός, que llegarías donde has llegado?"

-"SIEMPRE he creído, ¡oh, dios de dioses!, que, si seguía, llegaría, SIN duda, a algún lado"

¡Por supuesto, mes amis/es!, el inmortal autor {ergo; el maestro Charles Lutwidge Dodgson, Lewis Carroll} de "Alice's Adventures in Wonderland" -cfr., v.g., "The Annotated Alice: the definitive edition" (London, W. W. Norton & Company, 2000) de Martin Gardner- era cultísimo; y, su reverenciadísimo y meta-inmortal classique está llenito, llenito, llenito de referencias y analogías BELLÍSIMAS.

Un GOZO leerlo, sí.

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu