... Y nunca mas volvió a contestar.

Se perdieron los medios de comunicación, se perdió todo tipo de contacto.

Ese conejo, como siempre fue su costumbre, volvía una y otra vez al sitio por donde ella pasaba. Con su mirada curiosa y triste, imaginando cual sería el poste por el que ella alguna vez colgó, como parte de ese trabajo del que le contaba; un trabajo de riesgo.

Es increíble como los protagonistas de un historia, se resisten siempre a dejar de serlo. Aún cuando queden solos en el escenario, sin mas actores, sin público, sin nada.

Pero siempre, siempre, siempre quedan legados.