Ufffff

Es materialmente imposible hacer entender a alguien que no está interesado en ti, que le amas con locura.

Si tienes que perseguir tanto a alguien, para conseguir su amor, lo más probable es que no te merezca, ni estéis hechos el uno para el otro.

Dios no suele equivocarse. Nos pone las cosas mucho más fáciles. Sin embargo, el miedo, eso sí que es difícil de superar.

Sobre cómo se comportará un hombre frente a una mujer que le gusta, pues puede darse muchos casos. Si el hombre es muy creído de si mismo, si se demuestra inmodesto, seguramente no tenga reparos en buscar aquello que cree debe poseer. Si sin embargo, este es apocado, no tiene suficiente confianza en sí mismo, lo más probable es que se conforme con estar cerca, con cruzar la mirada, con saber que aunque no pueda poseer, siempre puede soñar con tener breves lapsos de complicidad.

Como acabe una cosa u otra, depende siempre de ambas partes, como es lógico. Si no hay receptividad, el creído de si mismo puede recibir una soberana bofetada en el rostro, y es muy posible que cambie entonces de objetivo, porque él es un gran pescador en un mar repleto de peces.

En el caso del apocado, es muy posible que esté fervientemente enamorado de ella, puesto que, como se conforma con una mirada, un gesto, liviana complicidad, ha de ser esta relación de intensidad tal, que sólo puede ocurrir con personas que realmente le hacen sentir un paso más allá de la atracción física. Si ella no se da cuenta, el, desde luego, no dará el primer paso, e incluso rechazará la primera insinuación. Pero como su deseo es ardiente y excesivo, no tardará en caer. Si ella no corresponde, entonces se conformará con lo que hay.

Por supuesto, en todo hay gradaciones, y las personas pueden cambiar, pero en términos generales esto es lo que suele ocurrir. Lo más importante es comprender que las cosas de amor son siempre cosas de dos.