José María Pelagio Hinojosa Cobacho llamado "el Tempranillo" (nace en la pedanía de Jauja en Lucena, Córdoba, entre el 21 y 24 de junio de 1805 y muere en Alameda, Málaga, 23 de septiembre de 1833) fue un bandolero español que actuó en Sierra Morena. Hijo de Juan y María, dos humildes jornaleros, al igual que sus abuelos. Sin estudios, desde muy niño tuvo que trabajar como jornalero también.
Su actividad como bandolero comienza a la temprana edad de 15 años . El 29 de septiembre de 1820 en una romería José María contempla como Clara, su enamorada, es molestada por un hombre adulto, lo que desemboca en un enfrentamiento a navaja, saliendo victorioso. En la época de la que hablamos la pena impuesta para este delito era la muerte en la horca, por lo que huye a caballo a los montes de Sierra Morena para poder sobrevivir.
En principio se incorpora a la banda de los Siete niños de Écija. Allí es donde le apodan El Tempranillo, por lo pronto que tuvo que huir de la justicia. En esta banda se encontraban José Ulloa, El Tragabuches, que había matado al amante de su mujer y a ésta. Se mantiene en la banda dos años, pero más inteligente crea la suya popia.
Su especialidad eran los asaltos a carruajes y diligencias sobre todo de la Hacienda del Reino. El rey Fernando VII no sabía como parar el bandolerismo que se producía en el sur de España, mandando grandes batallones llamados los migueletes.
En 1825 con 20 años ya le acompañaban 14 hombres, todos mayores que él. Quién pasara por Sierra Morena tenía que rendirle cuentas. Se cuenta que repartía más dinero entre sus compañeros que a él mismo y si un pueblo estaba en situación precaria el daba grandes dineros a cambio de refugio.
En cierta ocasión ayudó a un arriero que llevaba un burro moribundo, que era lo único que poseía para mantener a su familia. El Tempranillo le dijo que comprara la mula del herrero de la zona por 1.500 reales, y el mismo se lo daría. El arriero compró la mula, y unos bandoleros fueron al día siguiente a pedir al herrero los 1.500 reales, a lo que éste tuvo que acceder al decir los bandoleros que venían de parte del Tempranillo.
Tuvo en jaque durante toda su vida de bandolero a caciques y latifundistas, llegando a contar con 50 hombres. Entre ellos estaban Ell Lero, El Venitas, El de la Torre o El Veneno. Algunos de ellos eran héroes de la Guerra de la independencia. En otra ocasión asaltó y robó una diligencia que llevaba gran cantidad de dinero de la Hacienda, su golpe más espectacular. Era ayudado e informado sobre los movimientos de los hombres del rey por la gente de los pueblos.
Controlaba todos los pasos de Sierra Morena, cobrando peaje a los carruajes que entraban en la serranía. Sus acciones llegaron a tener resonancia internacional, como la del escritor Prosper Mérimée, que dijo de él: En España manda el rey, pero en Sierra Morena manda El Tempranillo. También lo conocieron pintores como J.F. Lewis que fue el que mejor lo retrató, como un hombre de poca estatura, fuerte, y con penetrantes ojos grises. Vestía con una chaqueta fina y camisa de algodón, y entre su faja siempre llevaba dos pistolones y dos navajas.
No era el típico bandolero asesino y despiadado. Trataba bien a las damas a las que robaba. Cuando asaltaba a un carruaje era el primero en ayudarlas a bajar ofreciendo su brazo y les decia: Una mano tan bella no necesita estas alhajas, y las damas suspiraban por él.
Se casó con María Jerónima Francés, una joven y bella gaditana. Los migueletes rodean y atacan un cortijo de Grazalema donde se encontraban Jose María y María embarazada y a punto de parir. Sobrevive el niño en el parto, falleciendo la mujer del Tempranillo.
El más grande bandolero de Sierra Morena se ató el cuerpo de su amada muerta a la espalda, a su hijo en la faca y salió al galope del cortijo montado en su caballo en medio de los disparos de los migueletes sin resultar ni siquiera herido. Al día siguiente entregó el cadáver de María a la familia de ésta y fue a bautizar a su hijo a la iglesia de Grazalema. La gente del pueblo respetó su dolor y nadie le denunció.
En agosto de 1832, Fernando VII ofreció el indulto a todos aquellos que quisieran servir a la ley y ser libres. El Tempranillo habló con sus hombres diciéndoles que si le seguían quedarían libres y no serían arrestados, pero que si no le seguían los buscaría hasta dar con ellos. El Lero, El Venitas y El de la Torre se le unieron, pero El Veneno dijo que lo buscaran, que nunca dejaría de ser lo que era. En diciembre de ese año cayó El Veneno, siendo ajusticiado.
Fue muerto a la edad de 28 años cerca de una hacienda que tenía en Alameda, cuando en una emboscada un antiguo compañero, El Barberillo, le disparó hiriéndole mortalmente .
Todo esto está tomado y resumido de varias fuentes de internet.
