No me avergüenzo de las buenas nuevas; son, en realidad, el poder de Dios para salvac
No me avergüenzo de las buenas nuevas;
son, en realidad,
el poder de Dios para salvación
a todo el que tiene fe
(Rom. 1:16).
El pueblo de Jehová ha recibido la comisión de predicar las
“buenas nuevas del reino
en toda la tierra habitada para testimonio
a todas las naciones” en este tiempo del fin (Mat. 24:14).
A este mensaje también se le puede llamar
“las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios”.
¿Por qué decimos eso? Porque todas las bendiciones
que traerá el Reino las recibiremos gracias a la bondad
que Jehová nos muestra mediante Cristo (Hech.20:24; Efes. 1:3).
Preguntémonos:
“¿Manifiesto la misma gratitud
que el apóstol Pablo por la bondad inmerecida de Jehová?
¿Predico con el mismo entusiasmo que él?” (Rom. 1:14, 15).
Como pecadores, nos beneficiamos de muchas maneras
de la bondad inmerecida de Dios.
Por eso, tenemos el deber de esforzarnos al máximo
por enseñar a las personas que pueden beneficiarse del amor de Jehová.
Ellos no son parte del mundo (Juan 17:16).
Ellos no son parte del mundo (Juan 17:16).
Tenemos que ser neutrales para poder ser súbditos leales del Reino de Dios. Estamos anunciando que ese Reino es la única solución a los problemas. ¿Cómo podríamos predicar con una conciencia tranquila si no somos neutrales? Además, no somos como las religiones falsas, que se meten en política y así dividen a sus miembros. Como nosotros obedecemos las leyes de Dios y nos mantenemos neutrales, nuestra hermandad internacional permanece unida (1 Ped. 2:17). Dado que el fin del mundo de Satanás está muy cerca, por eso es razonable esperar que la cuestión de la neutralidad adquiera más y más importancia. Como el mundo está lleno de hombres y mujeres testarudos, que “no [están] dispuestos a ningún acuerdo”, cada día estará más dividido y enfrentado (2 Tim. 3:3, 4). En algunos países, nuestros hermanos ya han tenido que defender su neutralidad, pues las circunstancias políticas han cambiado de la noche a la mañana. Por eso, debemos prepararnos ahora para mantener la firme determinación de permanecer neutrales. Si lo dejamos para cuando se presente una situación difícil, podríamos terminar cediendo y violar nuestra neutralidad.