Sin crónica de este concierto.
Después de 15 años ha vuelto a México Nacha Guevara. Estuvo en el teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México, luego en Guadalajara en su teatro Galerias. Y cierra gira de conciertos en Monterrey, a lo que recuerdo de su página en facebook.
Ni ahora, ni hace quince años, ni mucho menos hace alrededor de 40 años en sus visitas a México, he asistido a concierto alguno de ella. No así nuestro "privilegiado" amigo el señor chinguiñas, alias Jacobo Casal, quien sí tuvo "el privilegio de asistir" a alguno de aquellos conciertos; no se si lo habrá hecho ahora en estos últimos.
¿Porqué yo no?. Porque yo no me presto para enriquecer a nadie a través de comprar el arte, o su arte; sean discos, conciertos, lo que sea. Tampoco pretendo que me regalen tales cosas. Mi razonamiento es mas o menos el siguiente:
Un artista crea. Algunos crean gran arte, una gran pintura, una gran canción o una magistral interpretación. Grandes esculturas, películas, objetos artísticos, en fin. Y al realizar ese trabajo espera una remuneración que le de para vivir con holgura. Hasta ahí todo normal y correcto.
El problema para mi empieza cuando una vez rebasado cierto límite, el o los artistas pretenden hacer caso omiso de ese límite. Y siguen cobrando como si nada, evitando por lo general regalar algo de su arte. Así por ejemplo una banda "clásica" como los Rolling Stones, prevaleciente por muchísimo tiempo, sigue cobrando caro sus conciertos. Y habiendo rebasado hace pero muchos años ese límite al que me refiero, siguen malagradecidamente cobrando y cobrando como siempre.
Cuando un artista, el que sea, rebasa ese límite; por lo general es cuando empieza a pervertirse. A pervertir la mayoría de las cosas en su vida. Y por ejemplo, en el ejemplo que nos ocupa valga la redundancia; es natural que a Nacha Guevara, la tilden de haberse aburguesado, mercantilizado, de haber pervertido en resumen la imagen que vendió hace 40 años.
Por esa razón yo asisto a los regalos que llega a dar un artista de mi agrado. Vi a Pablo Milanés, a los Nacos en su momento, y a este último referido en el primer mensaje de este tema. Cuando un artista se desmercantiliza un poco, es que me acerco a él.
Aún así, estoy plenamente conciente que no asisten gratuitamente. Les paga alguna institución, algún gobierno, alguna organización. Sin embargo, el gesto de convocar a la prole a disfrutar el arte de cualquier artista, gratuita y altruistamente; esa es la miel que me atrae.
Soy fan de muchos artistas, algunos mas que otros como es el caso de Nacha. Pero nunca pagaría por comprar su arte. Muy en el fondo, en un rincón del alma cantaría Alberto Cortéz, me queda un dejo emocional en el que siento que pagar por el arte es como pagar por comprar la belleza de una mujer para el goce personal de ella; una manera de la prostitución.
Yo miro artistas una vez que rebasaron el límite, y lo entendieron y compartieron agradecidos su arte. Para mi esos son los dos grandes momentos de un artista: cuando comienza con su entrega; y cuando consagrado vuelve a entregar su obra con el amor de la primera vez.
Lo demás no me es relevante.