Si el hombre no ha sido visitado por Dios y no ha recibido manifestación alguna de su parte para saber ninguna cosa por experiencia propia, ni tener alguna certeza, entonces creo que no hay posición más correcta y honesta que la tuya.
Te felicito, porque es muy fácil acobardarse y hacerse ateo o creyente sin motivos de peso, y evitar así el encarar sinceramente un amplio universo de probabilidades y posibilidades desconcertantes.
Pero si se ha de ser completamente coherente y honesto, se debe admitir que no hay certeza ni de que Dios exista en alguna forma, o no lo haga en absoluto.
Lo demás, son creencias y convicciones individuales que no escapan al reino de lo incierto.