¿El Padre…, del cual el Hijo (con mayúsculas) es Jesús. Siguiendo con Juan, en el capítulo 14 le echa en cara [a Felipe] su cortedad de miras cuando responde que quien le ve a él está viendo al Padre:
“Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta».
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?. El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: «Muéstranos al Padre»?”
Prueba de esa relación especial que tiene con su Padre, es su condena a muerte. No le condenan por Mesías o por Rey de los Judíos (esa es la excusa), sino por ser El Hijo de Dios.
Más. La primera comunidad cristiana, que les era imposible imaginar que Yahvé fuese una persona con barbas de nombre Jesús, sí que vio, tras su resurrección y Pentecostes que Jesús sí tenía naturaleza divina. No era el Padre, sino el Hijo… de su misma naturaleza, que está a su derecha y que participa de su divinidad:
Pablo en Romanos:
“Ellos son israelitas: a ellos pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto y las promesas. A ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente. Amén”
Pablo en Filipenses:
“Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús. El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente”
O sea, estamos viendo que la primera comunidad cristiana, la de los apóstoles, ya tenían clara la naturaleza divina de Jesús, Hijo del Padre. .