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Legendario AG
Descripción de las evidencias:
1) Los textos históricos
La primera noticia indirecta sobre Jesús fuera de los Evangelios es atribuida al historiador judío Flavio Josefo. Se trata del denominado testmonium flavianum.
La cita más independiente se halla en la obra Anales. Es proporcionada por el historiador romano Tácito. Según el prestigioso autor, Jesús no fue condenado al patíbulo por haber predicado doctrinas religiosas judías sino porque su figura, como Mesías, llevaba implícita una oposición al poder de Roma. El texto confirma que el nazareno fue condenado a muerte por Poncio Pilato.
2) La tumba de Caifás
Hasta hace unos años, muchos dudaban la historia del juicio de Cristo ante el Sanhedrín (Concilio Judío). No había documentación histórica aparte de la Biblia sobre la existencia de un individuo llamado Caifás, y menos de que fuera un sumo sacerdote.
Pero en noviembre de 1990 unos obreros que trabajaban en las afueras de Jerusalén, en frente del monte Sión, dieron accidentalmente con una cueva repleta de sepulcros.
En una de estas fosas fueron halladas dos urnas u osarios perfectamente conservados. Una de ellas llamaba especialmente la atención. Tenía su cubierta abombada y una rica ornamentación; una cenefa en forma de rama y dos círculos centrales con seis rosetones cada uno. En uno de sus lados, toscamente grabada, se leía la inscripción Yehosef bar Caiapha, o lo que es lo mismo: “José, hijo de Caifás”.
El arqueólogo Zvi Greenhut y el antropólogo Joe Zias concluyeron que este Caifás de la inscripción era el mismo que se menciona en los evangelios.
3) Inscripción de Poncio Pilatos
Hace cuarenta y un años, durante las obras de limpieza y restauración de un teatro romano en la antigua ciudad de Casaréa, tuvo lugar otro importante hallazgo arqueológico que confirma la existencia de otro de los personajes del Nuevo Testamento, directamente implicado en la crucifixión de Jesús. Se trata de una placa conmemorativa cuya importancia radica en el nombre que se halla grabado en su superficie: “Tiberieum Pontius Pilatus... Praefectus Iudaicae” o lo que es lo mismo: Tiberio Poncio Pilato... Prefecto de Judea.
La historia le conoce sobre todo por el proceso seguido contra Jesús, al que aún reconociendo su inocencia, lo entregó al infame suplicio de ser clavado en la cruz. Esto agradó a los judíos, evitó un levantamiento popular y para confirmar su rechazo a cualquier clase de responsabilidad, efectuó el famoso gesto de lavarse las manos. (Lucas 23:14 y Mateo 27:24).
4) La casa del apóstol Pedro
En la ribera norte del mar de Galilea se erigen las ruinas de Cafarnaum la ciudad donde se supone que Jesús predicó a los apóstoles. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo allí durante el siglo pasado han sacado a la luz una iglesia de planta octogonal, datada en el siglo V, que al parecer fue erigida para venerar la Casa de San Pedro, el “príncipe de los apóstoles”.
Pues bien, en las paredes de la construcción original los arqueólogos hallaron varias inscripciones en griego y arameo con los nombres judíos que patrocinaron la construcción: Herodes y Chalfo que guardan semblanza con otros que aparecen en los Evangelios. Siendo así podría tratarse de la sinagoga donde Jesús exorcizó a unos demonios (Marcos, 1, 21) y en la que impartió sus enseñanzas (Juan, 6, 59).
5) La barca de Galilea
En enero de 1986, dos miembros del kibbutz Ginnosar divisaron en Cafarnaum el contorno de una barca enterrada. Se hallaba cubierta por el limo de la rivera del mar de Galilea.
Durante el siglo I, la pesca proporcionaba alimento y trabajo a buena parte de los habitantes de Cafarnaum. Según documentan John D. Crossan y Jonathan L. Reed en su reciente libro Jesús desenterrado, existía entonces un sencillo muelle así como unos cuantos embarcaderos y rompeolas hechos de piedras apiladas. Ese fue, con toda probabilidad, el escenario donde Jesús impartió su ministerio.
Se trata pues de una de las barcas de los tiempos de Jesús, del tipo utilizado habitualmente para la pesca o para cruzar el lago. La imaginación se dispara con facilidad imaginando a bordo a trece personas. Actualmente se la conoce como la “Barca de Jesús”.
6) El crucificado
Siempre se había creído que los cadáveres de los crucificados eran arrojados a una fosa común con el propósito de ser devorados por los animales. La excepción, según la Biblia, fue el cuerpo de Jesús al que se le permitió su sepultura. Pues bien, en junio de 1968, se descubrieron los restos óseos de un hombre crucificado y torturado severamente en una cueva funeraria al norte de Jerusalén, en la zona de Givat Hamivtar. Era sin duda un hallazgo excepcional ya que, aunque los romanos torturaron y crucificaron a millares de presuntos delincuentes, nunca habían sido hallados los restos de ningún condenado.
En ese año en un sepulcro excavado en la roca, fueron halladas cinco urnas-osario del siglo I. Una de ellas contenía los restos de dos hombres adultos y los de un niño. Uno de ellos, el de un hombre de 1,63 metros de estatura y entre 25 y 30 años de edad tenía su talón derecho atravesado por un clavo de once centímetros de longitud. En su cabeza seguía enganchada una tablita de madera de olivo.
Gidon Avni, director de excavaciones e investigación del departamento de antigüedades de Israel declaró al respecto que "Yehochanan perteneció probablemente a una familia influyente, que intercedió junto las autoridades para su sepultura".
7) La tumba de la Sagrada Familia
Permanecieron olvidadas en un depósito oficial de antigüedades durante dieciséis años hasta que en 1996 el productor de televisión Chris Mann llamó la atención del mundo sobre cinco osarios descubiertos durante unas obras en Jerusalén, en 1980. Mann había localizado un osario de piedra en el que se leía la inscripción “Jesús, hijo de José”. Movido por la curiosidad comprobó que la urna había sido hallada junto a otras cinco en una tumba familiar. Cuando solicitó examinar el resto de urnas funerarias palideció. Escritos en hebreo se habían esgrafiado en su superficie los nombres de “María”, “José”, “Judá, hijo de Jesús” y dos más con los nombres de “Mateo” y “María”, éste último escrito en griego y que sin ningún pudor por parte de los periodistas Richard Woods y Rajeev Syal, presentadores del reportaje de la BBC Británica titulado The Body in Question relacionaron con María Magdalena.
8) Jacob, hermano de Jesús
Es el último y seguramente el más polémico de los hallazgos arqueológicos relacionados con Jesús. A estas alturas lo que es seguro es que la inscripción alusiva a Jesús que figura en un osario de caliza, ignorado durante años por un coleccionista de Jerusalén, divide a la comunidad científica.
El asombroso descubrimiento es también significativo porque corrobora con la existencia de José, el padre de Jesús, Santiago, el hermano carnal de Jesús (la palabra usada en esta inscripción se refiere a un hermano carnal, no a un primo u otro familiar.
9) El primer evangelio
A finales del siglo XIX el reverendo Charles Bousfield Huleatt adquirió en un bazar de antigüedades de Luxor un extraño papiro. Contenía los fragmentos más antiguos que existen del Evangelio de San Mateo. Poco sabemos de las pesquisas de este reverendo porque sus apuntes e investigaciones quedaron sepultados, junto a su cuerpo, durante un terremoto en la localidad de Messina, en Sicilia, en 1908. El papiro, sin embargo, fue a parar a las vitrinas del Colegio Magdalena de Oxford, en el Reino Unido donde aún hoy se conserva. Bueno, en realidad sólo tres pequeños fragmentos de poco más de 1,5 y 3,2 centímetros que reciben el nombre de papiro Magdalena Gr-17. Su importancia fue advertida por el investigador alemán Carten Meter Thiede que no tardó en darse cuenta de que aquellos fragmentos (concretamente Mateo 26, 7-8; 26,10 y 26, 15-15) escondían un tesoro sorprendente. A diferencia del resto de textos del nuevo Testamento no databan del siglo II. Basándose en el tipo de escritura empleada, aquellas escuetas 5 líneas databan de comienzos del siglo I, es decir eran contemporáneas al propio Jesús.
De los textos se deduce que la divinidad del Nazareno ya fue admitida por la comunidad cristiana mucho antes del Concilio de Nicea, en el año 325.
10) La sábana santa
De las numerosas reliquias relacionadas con Jesús, la más intrigante es una pieza de lino de 4,36 metros de largo por 1,10 de ancho. Se trata de la llamada Sábana Santa y según la tradición sirvió de mortaja al cuerpo de Jesús crucificado. En el lienzo es visible una figura frontal y dorsal de un hombre desnudo a tamaño natural con claras evidencias de haber sido torturado y crucificado. La reliquia, guardada actualmente en la catedral de Turín, es venerada desde 1350.