Toda madre que quiere a sus hijos, y la Madre Patria es una buena madre, cría a sus hijos con cariño, los alimenta y los educa, les da formación y los hace independientes para que se puedan valer por sí mismos. Toda madre sabe que llegado el momento sus hijos se revelarán contra ella y querrán vivir su propia vida. El orgullo de una madre, y la Madre Patria es orgullosa, se siente recompensado viendo a sus hijos vivir sus vidas felices.
¡Claro que festejamos orgullosos el 12 de octubre! Es la fecha en la que un genovés, al mando de la flota española y en representación de la corona de Castilla y Aragón y de toda España, arribó a lo que él creía que serían las Indias Orientales. Es en ese momento que empieza la verdadera historia de América. Los hijos de la Madre Patria dejaron atrás sus guerras fratricidas y prehistóricas y comenzaron a convertirse en grandes países. Esos hijos fueron niños y más tarde adolescentes. Llegaron a la juventud tumultuosa y supieron que el momento de la emancipación había llegado. Como toda buena madre, España sufrió el alejamiento de sus hijos, pero en la distancia siempre se comportó como una buena madre. Algún azote sí que dio en el culo de algún niño travieso, pero eso no es más que lo que la educación requería.
¡Claro que festejamos el 12 de octubre! Es una fecha clave en la Historia de la Humanidad y nosotros fuimos los artífices! Pudo haberles tocado a otros, pero en ese momento éramos nosotros los que estábamos ahí.
Ojalá alguno de nuestros hijos, ahora hermanos, escriban páginas tan grandiosas en el Libro de la Historia, siempre será una parte nuestra.
Pero como muy bien ha dicho LadyInRed ese complejo genético heredado de españoles y portugueses de culpar a los demás de los propios defectos, hace que de momento eso sea imposible.
Zampabol dixit.