Desgraciadamente, el respeto al ser humano no es tan común como debiera serlo entre seres humanos (aunque sea, por aquello de no hacer a los demás lo que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros). En cierta parte de la sociedad occidental, la vida del ser humano se ha cosificado y se ha visto de forma utilitarista: Si eres útil para “mis intereses”, tienes valor. Si no eres útil, no tienes valor y se te puede tirar a la basura. Y ese pensamiento de la “cultura de la muerte” se ha promocionado mucho en las últimas décadas. Después de tanto bombardeo por parte de los medios, ahora mismo, a un partidario de esa cultura de la muerte, se le pregunta si está a favor de la eutanasia, y te diría que sí, que más vale la pena desaparecer que vivir “indignamente” (la “indignidad” puede ser una enfermedad o la vejez). Otra cosa es que opinara distinto ante la perspectiva de la muerte inmediata, que nunca se sabe… El caso es que, la cultura de la muerte está tan desesperada que le encanta matar y morir si no se siente suficientemente “digno” de vivir. La “dignidad” que hablan es un eufemismo que significa tener saciados el estómago, el bolsillo y la entrepierna…
Hablando de “dignidad”, ayer las putitas y zorritas de Femen (cómo me acuerdo de la ofendidísima Loma, cuando yo denominaba así a esas putitas…) atacaron y acosaron ayer a Rouco, con las tetas al aire, con 2º o 3º grados que hacía ayer por la tarde. Como buenas totalitarias, no respetan a nada ni a nadie (podrían haber lucido sus tetas el día anterior, que había una manifestación proabortista convocada por la izquierda de la “cultura de la muerte”, o sea, por el 99 % de la izquierda). Pues no, con las tetas quieren golpear a Rouco.
Las femen, pobres y violentas palurdas, en acción:
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