Iniciado por
KIMO
Jesus dijo que venia a dar su vida
para que nuestros pecados sean perdonados
Los hombres han presentado ofrendas a Dios desde tiempos remotos.
Las primeras ofrendas de las que hay registro
son los frutos del suelo que presentó
el hijo mayor de Adán, Caín, y los primogénitos
del rebaño que ofreció su hijo más joven, Abel.
Tanto la actitud como los motivos debieron diferir,
pues Dios aprobó la ofrenda de Abel
pero miró con desaprobación la de Caín.
Más tarde, el pacto de la Ley reguló tanto
las ofrendas de animales como las ofrendas de grano.
Abel debió haber tenido fe en la promesa de liberación
de Dios por medio de la Descendencia prometida
y seguramente entendía que se debía derramar sangre,
es decir, que alguien tendría que ser ‘magullado en el talón’
para que la humanidad pudiese recuperar
la perfección que Adán y Eva habían perdido.
Debido a que se reconocía pecador,
su fe lo movió a presentar una ofrenda
que requería derramar sangre,
prefigurando así con exactitud
el verdadero sacrificio por los pecados: Jesucristo.