Me doy cuenta que cuando dice que antes era un tejedor de sueños, es más o menos como lo que opina doonga sobre las incursiones en terreno desconocido de la caravana de los buscadores de Dios.
Creo en mí, por eso sé que aunque otros no hayan escuchado nada, no estoy loco.
Y sé que no sólo soy una mota de polvo sobre el lienzo.