Si eres un poco listo, captarás mi mensaje.
Estoy de acuerdo en lo que aquí has dicho.
Y en cuanto a la firma, muy buena.
Hola Torquemada y Doonga... Genocidas han habido muchos en el mundo..., y todos usaban las biblias para imponer sus leyes de exterminio..., y es que las biblias mandan penas de muerte, guerras y genocidios donde se mataban a hombres, mujeres y niños... y que también mandaban esclavitud y muchos sacrificios que Dios no había mandado...
Jesucristo abolió todas esas leyes de muerte y de esclavitud DEL VIEJO TESTAMENTO JUDÍO, porque solo eran preceptos de hombres que Dios no había mandado... Lo que Dios había mandado desde el principio son los misericordiosos mandamientos del Evangelio, que manda: NO MATARÁS Y PERDONAR A LAS PERSONAS...
JESUCRISTO CUANDO PREDICÓ EL EVANGELIO, RESTABLECIÓ LOS VERDADEROS MANDAMIENTOS QUE DIOS HABÍA ENTREGADO A LOS HOMBRES desde el principio y EN TIEMPOS DE MOISÉS... Y estos mandamientos restablecidos son los mandamientos que nos enseña el Evangelio y que son todos misericordiosos...
Y que Franco existió realmente; y Moisés no lo sabemos.Código:Iniciado por doonga
No hay mucha diferencia entre Moisés y Franco: ambos se creían poseedores de la palabra de Dios, y ambos eran genocidas.
Solo que Moisés era israelita, y Franco, español.
Doomga... Moisés era un enviado de Dios era un profeta de Dios... hizo muchos milagros ten más respeto cuando hables de los profetas...tu eres un renegado y un malvado no tienes respeto.. no compares a un dictador con un profeta de Dios no te atrevas.
Moisés mandó a ejecutar, por orden de Dios, a los pueblos vencidos.
Franco hizo exactamente lo mismo, y lo hizo todo en nombre de Dios, y apoyado por la Iglesia Católica, de la cual te has declarado miembro.
Y no solamente miembro, sino que te has declarado "teólogo".
Pero no te da ni para monaguillo.
Lo que pasa es que Moisés, al igual que Franco, eran excelentes políticos.
Sabían que si decían que las leyes provienen de DIos, todos quedaría dóciles.
Y esos genocidios no vienen de ningún dios, una buena demostración que la biblia carece de toda inspiración divina.