Cita:
Miércoles 17 de abril
No tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado (Heb. 4:15).
La labor de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote nos da incluso más razones para estar seguros de que nuestros pecados serán perdonados y de que recibiremos misericordia y “bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” (Heb. 4:16). Por lo tanto, tenga fe en el sacrificio de Jesús y en que el rescate es para usted (Gál. 2:20, 21). Tenga fe en que el rescate es la base para que Dios perdone los pecados que usted haya cometido. Y tenga fe en que el rescate le ofrece a usted la esperanza de vivir para siempre. El sacrificio de Jesús es un regalo que Jehová le ha hecho a usted. Una vez que Jehová ha perdonado nuestro pecado, no debemos temer que vuelva a echárnoslo en cara o a juzgarnos por él (Sal. 103:8-12). Podemos estar seguros de que él nos perdona.
La verdad es que es una semana de pensar mucho en esta dádiva de Dios.