Cita:
Semper eadem
“«¿A qué viene, decías, esa extraña tristeza,
como el mar anegando negras rocas desnudas?»
Una vez la vendimia hizo ya el corazón,
el vivir es un mal. Para nadie es secreto
un dolor muy sencillo, que no tiene misterio,
para todos visible, como lo es tu alegría.
¿Por qué, pues, preguntar, oh mi bella curiosa?
Y aunque sea tu voz música, calla.
Punto en boca, ignorante, alma siempre arrobada.
Es de niña tu risa. Más aún que la vida
nos sujeta la muerte con sutil atadura.
Deja que el corazón de mentira se embriague
y que me hunda en tus ojos como en un bello sueño
y me duerma a la sombra que darán tus pestañas.”
Y acá la versión de mi libro, con rima perfecta más bien forzada, he ahí el defecto.
Cita:
Semper eadem
¿Qué causa tiene, dices, este dolor seguido
que como un mar te envuelve y que nunca se calma?
¡Ay! Cuando ha hecho una vez sus vendimias el alma,
no debemos vivir. El secreto es sabido.
Mi pena es muy sencilla y nada misteriosa
y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla:
deja, pues, de buscar, adorable curiosa,
y aunque sea tu voz tímida y dulce, calla.
¡Calla, ignorante! ¡calla, alma siempre aturdida!
¡boca que infantilmente ríe! Más que la vida,
la muerte sabe atarnos en sus redes extrañas.
Deja, deja mi alma de mentira embriagarse,
y en la serenidad de tus ojos bañarse
y dormirse a la sombra de tus largas pestañas