La vida es un instante en el vasto e infinito Universo, un soplo insignificante de lo eterno. ¿Para qué aplazar lo que ya es un hecho, una verdad irrefutable y sin salida?, sinceramente, no le veo sentido, y tampoco le doy importancia a los que vociferan, sin tener empatía por quien comete el acto, que "son unos cobardes, y que la vida sólo te la debe quitar Dios". Patrañas. Cada vez que escucho tales estupideces, de mi boca solamente puede surgir una risa desenfrenada y ruidosa. Estoy segura que tales imbéciles viven rodeados de buenos augurios, amigos, amor, salud y, quizás, una buena posición económica. La fortuna está de su lado, pero para quienes les ha dado la espalda y han visto a la vida como es en realidad, con su mediocre máscara de felicidad pasajera y demás clichés que los bienaventurados han estigmatizado, no es igual.
¿Qué si me quito la vida?, no haré la diferencia, y tampoco si vivo. No es que no valore mi vida. Me da lo mismo vivir o morir. Vivir para ver siempre lo mismo, el mismo patrón. A diferencia de la sinfonía de la naturaleza, en el entorno humano sólo hay desolación, degeneración de la especie, mentes áridas, hombres deslucidos y secos, mujeres hoscas y bruscas. ¡Malditos cretinos que todavía osan con decir que la vida hay que vivirla porque sí!, con todas sus facetas. La vives porque te place vivirla y porque se te da la gana vivirla, no porque deba de ser así. No me dejaré seducir, de nueva cuenta, por su engañosa apariencia. Es traicionera, cruel y frívola. Solamente en un estado de éxtasis es cuando caigo en hipocresía y digo: "¡Oh, hermoso amanecer. Qué grato es el bullicio de la ciudad y el vaivén de todos mis hermanos!"
Si volviera a nacer, me gustaría ser un diente de león o quizás un cactus, tal vez de esa manera no tendría que volver a pasar por este camino sinuoso, infructuoso, de falsas, vagas y banales ilusiones.
"En ese escaso momento, las personas nacen, ríen, lloran, luchan, son heridas, sienten alegría, tristeza, odian a alguien, aman a alguien... todo en un sólo momento… y después, son abrazados por ese sueño eterno llamado muerte."
Al fin de cuentas, vuelves a ser lo que siempre has sido: la nada.