Iniciado por
_Amazonia_
Confieso haberme emborrachado un par de veces con identicos resultados, primero...me llegabba el regalo de las risas y una felicidad dificilmente experimentada estando sobria, despues, todo lo reido llegaba en forma de lagrimas.
Esta ultima parte, la de las lagrimas era excesivamente desagradable, era...como si me secara por dentro, como si la mayor apocalipsis se hubiera apoderado de mi alma, lloraba por mi y por cien mil personas mas, los ojos se me ponian como tomates, la nariz, como un pimiento, y la cabeza a punto de estallar.
Despues llegaba el sueño, y la inconsciencia, al despertar, la acariciante sensacion de haberme liberado, las regañinas de mi madre a lo lejos diciendole a mi padre: Pedro, la niña se ha emborrachado, el bbochorno que he pasado delante de las vecinas, he tenido que escondela. Es que no vas a decirle nada¿?.
Mi padre entraba en mi habitacion despues de haber picado un par de veces, y me hacia prometerle que no lo haria mas.