Refugios, guaridas, paraisos perdidos...
Los refugios no suelen buscarse para expiar culpas o quebrantos, sino para evadirse de ellos.
La soledad es una eterna promesa de grata compañía. Luego, nunca se cumple esa promesa; el solitario es cada vez mas exigente y, como a la letra dice un poema de José Martí, es la soledad "sed, mas de un vino que en la tierra no se sabe beber".
¿Redención?, la verdad no se lo que signifique eso.
Y si, no hay quietud en el universo; y eso suele producir nostalgia perenne. De ahí que cualquier gente anhele lugares como la patagonia y otros paisajes de apariencia solitaria e inmóvil. Y de ahí también que algunos, cansados de buscar, acaben refugiándose en su propio e individual refugio impenetrable, en el lugar mas recóndito de su propia alma.
El problema, realmente, es que esa gente siempre sale a deambular.